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Un shakespeare deliciosamente endiablado

'Medida por medida', apenas representada en España, llega al Teatro de la Abadía de Madrid de la mano de Carlos Aladro

Fue Miguel Narros el último en montar en español en 1969 Medida por medida (en catalán lo hizo Calixto Bieito en 1999), una de las obras de Shakespeare que goza de mayor prestigio y es representada de manera continua en el mundo anglosajón.

Pero hoy se acaba con ese triste récord en el Teatro de la Abadía con la puesta en escena que ha hecho el director Carlos Aladro de esta obra emblemática que se adentra en "la lujuria del poder y el poder de la lujuria". Aladro añade que más que una obra o un cuento es un auténtico enigma: "Es increíble la cantidad de tesis y estudios, irreconciliablemente contradictorios que hay sobre esta pieza". De hecho se ha considerado que esta pieza , junto con Antonio y Cleopatra, El mercader de Venecia y Cuento de invierno son las llamadas piezas endiabladas de Shakespeare, aunque de manera ortodoxa pertenece a las denominadas problem plays o también dark comedies junto con Troilo y Crésida y Bien está lo que bien acaba.

El montaje, que cuenta con una brillante traducción y versión de Ronald Brouwer y el propio director, es la última producción del Teatro de la Abadía de esta temporada para lo que ha contado con un amplio reparto de reconocidos actores de teatro como Israel Elejalde, José Luis Alcobendas, Julio Cortázar, Miriam Montilla, Jesús Barranco, Markos Marín, Almudena Ramos, Fernando soto e Irene Visedo.

Un nuevo reino puritano

"Nuestra propuesta ha sido tomar al pie de la letra la ley escrita, convertirnos en puritanos de shakespearismo y con todo rigor y humildad y respetuosa irreverencia intentar desvelar la cantidad mínima imprescindible de enigma para dar vida al misterio", apunta Aladro quien habla de que en Medida por medida se pone en juego un drama acerca de lo que podría ocurrir en un hipotético reino en el que el rey, ante la imposibilidad de gobernar, entregase el reino a un puritanismo imperante.

"Se trata de un pequeño cuento más o menos moral, trasunto de cosas reales y cuyas historias encontramos hoy en los periódicos", añade Aladro, quien recuerda que en esta pieza se ve las coincidencias entre Shakespeare y Bertolt Brecht, porque ambos trabajaban para un teatro en el que coincidían todas las clases sociales, "de ahí que hay muchos niveles de lectura y hayamos optado por mantener, como en el original, la trama dramática y la cómica, lo que me ha llevado a tomar en serio los temas de la obra, aunque los cuento de manera muy lúdica", concluye el director.

José Luis Gómez, director del Teatro de la Abadía y responsable de programar este shakespeare sostiene que Medida por medida es un texto con una carga moral explícita: "Destila un secreto amargor sobre la condición humana y lo que somos; de hecho el aparente final feliz de la obra no engaña sobre la extraordinaria visión y perspicacia de Shakespeare acerca de por qué los seres humanos hacemos ciertas cosas" dijo de la obra a la que considera una auténtica pepita de oro.

El equipo que ha puesto en pie este montaje se tiene que enfrentar con una dificultad añadida debido al hecho de que prácticamente no es como la obra. Y es que los que la conocen porque han visto montajes extranjeros que han pasado por España en los últimos han gozado de trabajos excepcionales sobre este texto que han llegado de grandes cracks del teatro internacional como el inglés Declan Donnellan y su compañía Check by Jowl (en 1994); el francés Stephane Braunschweig con el Nottingham Playhouse (en 1997); el italiano Carlo Cecchi con el Tatro Garibaldi de Palermo-Teatro de Europa (en el 2000) y el impresionante Simon McBurney y su británico Théâtre de la Complicité (en 2005).

Y es que Medida por medida, pieza que estuvo casi vetada durante siglos por el teatro europeo, fue recuperada por Peter Brook en 1949 y a partir de ese momento se ha convertido en uno de los títulos favoritos del teatro occidental. "Es lógico", sostienen Aladro, "ofrece mucho material a directores y actores para hacer sus propias lecturas llevando el montaje a una comedia hilarante o a un dramón, en el que por otra parte se une el teatro sagrado y el profano, no hay que olvidar que Shakespeare escribía simultáneamente para todas las clases sociales, es el gran dramaturgo de la civilización occidental de herencia cristiana que ve el mundo a través de parábolas y metáforas, como en la Biblia, pero trasladándolo a lo profano".

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