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El sillón 'g' de la RAE queda vacante

Ni el filólogo Manuel Alvar ni el ingeniero Amable Liñán consiguen los votos para ocupar la plaza del fallecido Antonio Colino

El asiento g de la Real Academia Española (RAE), que dejó vacante el ingeniero Antonio Colino tras su fallecimiento en 2008, sigue libre. Ni el filólogo Manuel Alvar ni el ingeniero aeronáutico Amable Liñán, que optaban a ocuparlo, han conseguido los votos suficientes, tras las tres rondas votaciones celebradas esta tarde en la sede de la RAE, en Madrid. La elección volverá a ser convocada.

Ambos candidatos cuentan con un buen currículo. Alvar es autor de varios diccionarios y Liñán es experto mundial en combustión y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 1993. Para cada candidatura ha habido tres rondas de votaciones, y en la tercera era preciso obtener el apoyo de la mitad más uno de los académicos asistentes, que esta noche fueron 27 de los 40 que tienen derecho a voto. Ni Amable Liñán ni Manuel Alvar lo han conseguido. Hacía falta por tanto un mínimo de catorce votos para resultar electo, y el empate entre los dos candidatos que aspiraban al sillón g impidió que uno de ellos alcanzara esa cifra.

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Divididos por el mérito

Como dijo el secretario de la Academia, José Manuel Blecua, al comunicar a los periodistas lo que había sucedido, en el resultado ha podido influir "una confluencia de factores", ya que en esta ocasión diez académicos han votado por correo, y ese tipo de apoyo sólo vale para la primera ronda de votaciones. Además, el perfil de los candidatos era muy distinto y "el extraordinario mérito de ambos ha dividido los votos", añadió el secretario.

"Lo sentimos muchísimo, porque es indudable la valía de los dos candidtos", afirmó Blecua, quien, al transmitir el sentir de la Academia y el suyo propio, se mostró "seguro" de que tanto Manuel Alvar como Amable Liñán serán académicos "dentro de muy poco". "Los dos eran imprescindibles para la Academia", señaló Blecua, al explicar que la RAE necesita excelentes filólogos e ingenieros, y porque si los primeros encajan de lleno en la elaboración de las obras de referencia de la Academia, los segundos son muy útiles para mejorar el vocabulario técnico del Diccionario de la Lengua Española.

La vacante de Colino, la única que había ahora en la Academia, volverá a ser convocada, pero ese proceso es largo y Blecua calculaba hoy que "hasta finales de junio o quizá hasta octubre" no se pueda cubrir.

Alvar, lexicógrafo de prestigio

Manuel Alvar Ezquerra (Madrid, 1950) ya fue candidato, en diciembre de 1998, a la Real Academia Española. En aquella ocasión compitió por la vacante de Emilio Alarcos junto con Fernando Fernán Gómez y Darío Villanueva, y al final resultó elegido el actor, cineasta, dramaturgo y escritor. Autor de prestigiosos diccionarios, su última obra es el Nuevo tesoro lexicográfico del español, de la que es coautor junto con Lidio Nieto Jiménez. Tiene once volúmenes y rastrea la historia de unas cien mil palabras, desde el siglo XIV hasta 1726, fecha de la publicación del Diccionario de Autoridades.

Liñán, profesor en la NASA

Amable Liñán (Noceda de Cabrera, León, 1943) ha sido profesor en varias Universidades de Francia y de Estados Unidos, entre ellas en la de Yale, donde estos días está impartiendo clases. Catedrático de Mecánica de Fluidos, su interés por la ciencia le guió hacia la actividad investigadora que inició en 1958 y que compaginó con la docencia para organismos como la NASA, la Agencia Europea del Espacio y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) entre 1960 y 1976.

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