_
_
_
_
_
Crítica:La lidia. Feria de Abril
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una tarde de toros infumables y descastados

Antonio Lorca

Los toros de Cuadri resultaron infumables. Un verdadero desastre. Atacados de peso -entre 560 y 614 kilos-, mansos, descastados, reservones, aplomados, sin sangre en las venas, sosos e inválidos. Un camión de carne para el matadero.

Y eran unos toros de excelente presencia, serios y con cuajo, pero su comportamiento fue pésimo. Todos sin celo y con andares cansinos, que pensaban un mundo antes de embestir y, cuando lo hacían, echaban la cara por las nubes o un gañafón al cuello del torero. Varios de ellos se derrumbaron en varias ocasiones o desarrollaron sentido, y pusieron en verdaderos apuros a los de luces. En fin, peor, imposible, aunque aún queda mucha feria, y todo lo malo puede empeorar.

Cuadri / Vara, García, Cruz

Toros de Celestino Cuadri, mansos.

Sánchez Vara: ovación en ambos. Iván García: silencio en su lote.

Fernando Cruz: ovación y palmas.

Plaza de la Maestranza. 31 de marzo. Quinta corrida de feria. Media plaza.

Lo más triste de todo es que el ganadero Fernando Cuadri lo es por vocación -y no como muchos otros-, un enamorado de la ganadería brava y un consumado genetista autodidacta. Y, con toda seguridad, elegiría estos toros en función de todas las coordenadas posibles para que embistieran. Y ha fracasado rotundamente. Así de difícil es el toro para los ganaderos serios, que se devanan los sesos para conseguir un animal encastado y noble. Miedo da pensar cómo lo harán los ganaduros, que tanto abundan en esta fiesta.

La tarde fue para el olvido. Y ojalá también puedan olvidarse pronto los toreros, y que ningún avispado les pase factura por una actuación que, en modo alguno, pudo ser exitosa.

La terna no era de lujo, pero sí valiente, decidida y con muchas agallas. Los tres llegaron a la Maestranza para lidiar toros, pero se encontraron con bueyes amuermados. Y eso tiene toda la justificación posible.

Sánchez Vara debutaba en Sevilla y demostró ganas y oficio, que no es poco. Iván García sólo pudo lucirse a la verónica en los primeros compases al quinto. Ambos banderillearon juntos y por separado y se les agradeció la voluntad, pero podrían pensarse en no aburrir al personal con pares vulgares. Y Fernando Cruz caló un poco más con una actuación muy pundonorosa; aguantó impertérrito la peligrosidad del tercero, que buscaba el cuerpo del torero sin contemplaciones, y arrancó muletazos muy estimables al sexto, al que exprimió su tardía embestida.

Una corrida difícil para los toreros y el ganadero. El público puede limitarse a olvidar...

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_