24 años de espera rojiblanca

El Atlético se cita con la historia. El cuadro del Manzanares buscará este miércoles en Hamburgo su primera Liga Europa (20.45, Telecinco), título que se le ha resistido a sus vitrinas durante toda su historia aunque con el nombre de Copa de la UEFA. El Fulham, inglés, último escollo para un equipo, el colchonero, que regresa a una final europea 24 años después de su última aparición, en la Recopa de 1986 frente al Dinamo de Kiev, de infausto recuerdo para los madrileños (perdieron 0-3). En su quinta final continental, busca redimirse con su pasado.

Históricamente, el sentimiento atlético siempre ha quedado bien reflejado en Europa. Sufrimiento, alegría, desolación y nervios, muchos nervios. Su primera aparición en una final continental fraguó parte de su leyenda de pupas. Expiraba la temporada 61/62 cuando los madrileños llegan a Glasgow (Escocia), ciudad en la que se enfrentan al Fiorentina, italiano, para conquistar su primer cetro continental: la Recopa. A los diez minutos del comienzo, un gran pase en profundidad de Mendoça lo aprovecha Peiró para inaugurar el marcador al batir por bajo al meta transalpino. Dieciséis minutos les duraría la alegría, momento en el que Mendoça, héroe y villano, pierde el esférico ante el delantero Milani, y éste realiza un centro que Hamrin envía al fondo de la portería atlética.

Con el 1-1, incluso tras media hora de prórroga, se juega un partido de desempate el 5 de septiembre en Stuttgart (Alemania). Allí, un Atlético implacable vence por 3-0 . Primer título europeo (y único hasta la fecha). Pero al año siguiente, en Rótterdam, y otra vez en la final de la Recopa, el Tottenham le endosa una manita (1-5) con un triplete de Greaves que fulmina las esperanzas rojiblancas.

Once años tardaron los colchoneros en regresar a una final continental, pero lo hicieron a lo grande. El 15 de mayo de 1974, el Atlético mide sus fuerzas en la final de la Copa de Europa ante el Bayern de Múnich en el estadio de Heysel (Bruselas). El encuentro acaba con empate sin goles, pero una vez en la prórroga, Luis Aragonés adelanta a los madrileños con un chut de falta directa. El destino, sin embargo, es dispar con este equipo, y cuando los madrileños palpaban el aroma del éxito, Schwarzenbeck asesta una puñalada con un lejano tiro que Reina no acierta a atajar. Era necesario otro partido para desempatar, dos días después, y en él, sólo hay un único equipo: el Bayern (0-4), con los bigoleadores Hoeness y Müller a la cabeza. Paradójicamente, esta derrota le da acceso a disputar la Intercontinental ante la negativa de los alemanes. Y el Atlético no perdonó ante el Independiente de Avellaneda (1-0 en Argentina y 2-0 en la vuelta en Madrid).

Tras un nuevo ciclo de sequía europeo, el Atlético afronta una nueva reválida en 1986 ante el Dinamo de Kiev ucranio en la final de la Recopa, un torneo donde ya conoce tanto las mieles del triunfo como la amargura de la derrota. 10 días de preparación exhaustiva se vienen abajo cuando Zavarov cabecea un rechace del cancerbero rojiblanco Fillol al fondo de la red a los cinco minutos. La afición colchonera desplazada al Estadio Gerland de Lyon (Francia) enmudece y asiste atónita al desplome del cuadro entrenado por Luis Aragonés , que encaja dos goles más en apenas un minuto en la recta final del choque (0-3).

Ahora, 24 años después de aquella derrota y tras caer a las primeras de cambio en la Champions, el Atleti se encuentra con la oportunidad de enderezar su rumbo europeo y apuntarse su segundo título continental. Dos triunfos, cinco empates y una derrota ante Galatasaray, Sporting de Lisboa, Valencia y Liverpool, su bagaje para la final de Hamburgo. Es el turno del Fulham. Por si acaso, Neptuno, siempre paciente, se engalana.

"Vamos a soñar más fuerte"