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Reportaje:Fútbol | Internacional

Abismo futbolístico

Jugadores españoles e italianos con experiencia en ambas Ligas explican por qué la mayoría fracasa al cambiar un campeonato por otro

Aparentemente, el tránsito debería ser más fluido: culturas latinas, pasión por el juego y clubes de gran musculatura económica. Sin embargo, el mestizaje entre el fútbol español y el italiano está más jalonado de desencuentros que de éxitos. Más de 40 años después, Luis Suárez sigue siendo la gran excepción que confirma la regla. Otras rarezas, en distintas etapas, han sido Joaquín Peiró y Luis del Sol, por una parte, y Vieri, Panucci, Carboni y Maresca, por otra. El fracaso ha acompañado hasta ahora a los últimos en llegar. No solamente a los italianos de nacimiento (Cannavaro, Zambrotta, Cassano y Tavano), sino a los de adopción (Thuram y Emerson). Y lo más sorprendente: jugadores defensivos que resquebrajan el mito de la invulnerabilidad italiana. Antes, en otras posiciones, naufragaron Di Vaio, Fiore, Corradi, Lucarelli, Torrisi, Venturín, Castellini, Doni, Coco, Albertini... Y, en el camino inverso, sonados fueron los fiascos de Martín Vázquez, Iván de la Peña, Mendieta, Farinós, José Mari, Portillo y Javi Moreno. Éstas son las reflexiones de jugadores que estuvieron en los dos lados del espejo.

Moretti: "Me costó adaptarme a los uno contra uno, que aquí son constantes y allí no"
Guardiola: "Los entrenamientos son muy distintos. Allí trabajan el sufrimiento mental"

- Pep Guardiola (jugó en el Brescia en 2001 y en el Roma en 2002): "No creo que sea ni el capuccino ni La Gazzetta dello Sport. No debería haber tanta diferencia. Somos latinos, tenemos mucha pasión detrás y si uno se va de un país a otro es porque tiene un nivel. Un jugador por sí solo no es nadie, sino interrelacionado con otros compañeros. Hay quienes funcionan en un entorno y en otro no. Es verdad que aquí se piensa más en atacar y allí sólo lo hacen los tres grandes. Ahí está la diferencia de puntos entre el primero y el último: es una barbaridad la distancia entre los grandes y los pequeños. Yo en el Brescia estuve muy a gusto y no me costó nada adaptarme. En el Roma no jugué nada. Si Cannavaro ahora tiene que defender 40 metros más arriba y no tiene delante a dos medios defensivos... Los entrenamientos sí son muy distintos. Aquí todo está integrado con la pelota mientras que allí la preparación física está separada. Y les hacen trabajar mucho el sufrimiento mental en el esfuerzo físico: eso de continuar y continuar... Pero yo, por muchas series de 600 metros o de 800, no me encontraba mejor físicamente. En todo caso, creo que un jugador con calidad no debería tener problemas. Roberto Baggio, por ejemplo, en la Quinta del Buitre o el dream team habría hecho 20 goles más que allí".

- Víctor Muñoz (medio del Sampdoria entre 1988 y 1990): "Tráigase a Pirlo a España y se verá cómo no fracasa. O a Kaká, que sería 200.000 veces mejor en nuestra Liga que en el calcio. Depende del estilo de jugador que se lleve a Italia o a España. En Italia se da prioridad a lo físico, se persigue mucho más al hombre, y en España se tiende a lo técnico. Sólo hay que mirar a los líderes de ambos campeonatos: el Inter, con jugadores espectaculares, tiene un juego mucho más rígido. Los españoles encuentran allí una máxima dificultad porque hay menos espacio y menos tiempo para jugar. Yo, por mis características, me adapté enseguida, aunque ya llegué al Sampdoria con 32 años. ¿El fracaso de los defensas italianos en España? Aquí se les pide que salgan jugando la pelota y no solamente defiendan. Pero, insisto, si se los trae, Maldini o Cafú seguro que triunfarían".

- Moretti (defensa del Valencia): "Son formas de defender muy diferentes. En mi caso, me costó mucho acostumbrarme a los uno contra uno, que aquí son constantes durante todo el partido mientras que en Italia son muy escasos porque tienes la cobertura de algún compañero. Yo, en mi primer año en España, tuve suerte de tener un entrenador italiano, Claudio Ranieri, que me explicó las diferencias. Me preparé mental y físicamente para, en vez de defender más atrás, afrontar al delantero que te encara. Aquí hay que jugársela y no retroceder como en Italia. Ahora puedo defender en los dos países sin problemas. Cuando te enfrentas a Eto'o, Van Nistelrooy o Villa, tienes que estar muy bien preparado. En Italia, además, lo prioritario es defender. No te piden como en España que tengas una buena salida de la pelota".

- Maresca (centrocampista del Sevilla): "La diferencia es de mentalidad: aquí se piensa en cómo ganar y allí en cómo defender. Otra diferencia es que en Italia hay una presión exterior mucho más pesada que aquí, que es más llevadera. Aquí se elabora más en el centro del campo y yo no he tenido ningún problema porque llegué en un momento justo, cuando el Sevilla empezó a ganar y marcar una época histórica. Además, mi capacidad de adaptación es grande debido a que a los 18 años salí de Italia y estuve dos en Inglaterra [en el West Bromwich Albion, en la Segunda División inglesa]".

- Joaquín Peiró (después de siete años en el Atlético de Madrid, jugó dos en el Torino; dos en el Inter, con el que ganó una Copa de Europa, y cuatro en el Roma, en los sesenta): "Quizá el fútbol español sea más rápido. Es muy extraño lo que le está pasando a Cannavaro, pero, en todo caso, creo que se están exagerando las diferencias futbolísticas. Cuando yo llegué a Italia, noté que como delantero debía enfrentarme a cuatro defensas y no a tres como se jugaba entonces en España. Aquí jugaban dos laterales y un central y allí le añadieron el cuarto, un central por detrás del otro, lo que vendría a ser el libre. A mí y a Luis del Sol [centrocampista soriano que, tras militar en el Betis y el Madrid, pasó ocho años en el Juventus y dos en el Roma] nos costó más adaptarnos que a Luis Suárez porque él se entrenaba por la mañana, como aquí en España, mientras que nosotros debíamos hacerlo por la tarde, lo que suponía comer a las once".

- Luis Suárez (jugó diez años en el Inter, en los sesenta, y ganó dos veces la Copa de Europa): "Al jugador de calidad no le cuesta adaptarse porque no es un cambio tan radical. Otra cosa es que lleguen algunos con una fama exagerada que no se corresponde con lo que realmente son. En mi caso, tuve confianza en mis fuerzas y respondí a lo que se esperaba de mí, que era mucho porque el Inter pagó al Barça 25 millones de pesetas en 1961, una cifra completamente desorbitada para la época en España. Eso sí, modifiqué mi manera de jugar por necesidades del equipo: iba menos al ataque y marcaba menos goles que en el Barcelona. Cannavaro y Zambrotta creo que están pagando el cansancio de haber ganado el Mundial de Alemania. También Pirlo y Gattuso han empezado muy flojos. Lo de Thuram no me ha sorprendido porque ya tiene sus añitos".

- Ricardo Gallego (jugó una temporada en el Udinese, la de 1989-90): "El concepto del fútbol es totalmente distinto. Allí, el centro del campo no existe para elaborar el juego, sino para defender. En consecuencia, hay menos espacio para los delanteros y los defensas se sienten más arropados por los medios. En Italia sería muy extraño ver a Cannavaro salir a la banda para un corte como pasa aquí a menudo. Yo estuve hace 17 años y en la primera parte de la Liga, con un técnico que quería jugar al fútbol, Mazia, estuve entre los mejores extranjeros. Después vino un entrenador más italiano, Marchesi, y sólo tenía una teoría: no perder. Éramos un equipo muy joven, con un Sensini de 17 años, y fuimos a peor".

A la izquierda, Cannavaro con el Madrid. A la derecha, Mendieta en su etapa en el Lazio en 2002.
A la izquierda, Cannavaro con el Madrid. A la derecha, Mendieta en su etapa en el Lazio en 2002.ULY MARTÍN / RAÚL CANCIO

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