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Adrián ve la portería cuesta abajo

El delantero, que marca una diana cada siete duelos en Primera, siempre afina la puntería con la selección española

En el Parque Natural de Somiedo, paraíso asturiano a dos pasos de la frontera provincial con León, dicen los paisanos que los guajes aprenden a jugar al fútbol sobre las laderas, en pendiente. Adrián López Álvarez nació en 1988 en Teverga, en pleno corazón del parque natural, y en ocasiones da la sensación de que ve la portería cuesta arriba. Otras, como ante la República Checa, cuesta abajo. Siempre quiso ser delantero, pero nunca fue goleador. Ha jugado 120 partidos en Primera División, estimable currículum para un joven de 23 años, pero en ellos ha marcado 17 goles, ocho de ellos en esta última temporada. Adrián marca un gol cada siete partidos, pero en la selección ofrece siempre su mejor versión. Hace cuatro años, logró la Bota de Plata del Mundial Sub 20 tras marcar cinco goles en un torneo en el que solo le superó el Kun Agüero.

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Vía libre para la llegada de Adrián al Atlético

Pero 120 partidos después de llegar a la máxima categoría persisten las dudas sobre cual es la ubicación en la que Adrián ofrece un mayor rendimiento. Lotina le calificó en su día como el "Ronaldo blanco" por su arrancada y aceleración en 15 y 20 metros, jamás por su pegada. Le dio galones como único delantero, pero acabó resignado y convencido: sin gol, Adrián era más aprovechable partiendo desde un flanco, con mayor rendimiento cuanto más lejos de la portería. Ahí le sacó todo el jugo Antonio Tapia en Málaga durante una cesión en la temporada 2008-09, en la que el equipo andaluz atisbó puestos europeos. Nunca rindió tanto Adrián de manera continuada como aquella campaña en La Rosaleda, segundo préstamo que afrontó tras pasar media temporada en el Alavés sin tanto oropel.

Adrián había llegado al Deportivo tras desvincularse del Oviedo. Allí era la Perla del Requexón, la cantera azul, adonde llegó procedente del Covadonga. Hijo de un minero jubilado que conducía 80 kilómetros cada día para que su hijo acudiera a entrenarse, debutó con 17 años en Segunda B, pero el descenso del equipo a Tercera le ayudó a aceptar la oferta de Joaquín Caparrós, que al frente del Deportivo, le ofrecía minutos en Primera División. Su desigual rendimiento ha ido de menos a más y aunque Lotina prescindió de él en los últimos partidos, tuvo que recuperarlo en la recta final cuando los pases de Valerón necesitaban un velocista. Con mucho que forjar o en busca de un lugar en el campo, el potencial de Adrián es sobresaliente.

Así lo entiende el Atlético de Madrid, que tiene cerrado un acuerdo con el futbolista, que acaba contrato el 30 de junio, pero que se ha topado con un convenio de compensación por formación entre LFP y AFE para menores de 25 años, acuerdo que, pese a que expiró el pasado 31 de mayo, el Deportivo invoca para que el jugador siga siendo suyo un año más o en todo caso ingresar cinco millones de euros por su traspaso. La comisión paritaria formada por la AFE y la LFP decidió que sea un arbitraje -que se conocerá en los próximos días- el que dé la razón a Depor o Atlético sobre la situación contractual del futbolista. "Lo normal es que Adrián juegue con nosotros la próxima temporada", apuntó ayer Lendoiro nada más ver por televisión sus dos goles a los checos.

Adrián, delantero de la selección Sub 21, celebra su segundo gol ante la República Checa.
Adrián, delantero de la selección Sub 21, celebra su segundo gol ante la República Checa.HENNING BAGGER (EFE)

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