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Crónica:Gran Premio de Hungría
Crónica
Texto informativo con interpretación

Alonso amenaza con resucitar

El piloto de Renault logra una 'pole' dos años después al llevar el coche menos cargado de gasolina - Massa recibe el impacto de un muelle en el casco, es operado y no correrá

Hubo incertidumbre porque los controles de los tiempos se estropearon y nadie sabía exactamente qué había ocurrido en el final de la tercera tanda el Gran Premio de Hungría. Había ciertos nervios y sobre todo incredulidad. Fernando Alonso aparcó el R29 convencido de que había logrado la pole. Pero no tenía la certeza. Los cronómetros estaban apagados, los tiempos desaparecieron de todas las pantallas. Sabía solamente que había corrido en 1m 21,5s, porque su equipo se lo había comunicado. Pero desconocía cómo habían concluido los demás. "Fue increíble", confesó el asturiano. "Pregunté a los demás pilotos qué habían hecho. Se lo dije a Vettel y me respondió que 21,6s, y le pregunté a Webber, estaba en 21,7s; luego a Hamilton... Y me di cuenta de que había logrado la pole".

"Ganar es casi imposible, pero veo el podio al alcance", explica el asturiano
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Fue una enorme alegría para Fernando Alonso, que regresó al primer puesto de la parrilla por 18ª vez, después de casi dos años. La última ocasión fue en el Gran Premio de Italia de 2007, cuando corría con McLaren. "Conseguir la pole en la Q3 depende mucho de la carga de gasolina", confesó Alonso, cuyo Renault iba poco cargado. "Pero sabe bien haberla conseguido en este circuito y en estas circunstancias, con un coche que no está entre los mejores".

En el historial de Alonso, Hungaroring figura en un plano destacado. Aquí logró su segunda pole position y su primera victoria, en 2003. Y en este mismo escenario volvió a brillar ayer. Es cierto que es de largo el coche con menos gasolina de la parrilla (32,5 kilos), por los 50 kilos de Vettel y los 47 de Webber. Pero también lo es que su coche sigue siendo alrededor de cuatro décimas más lento que los dos Red Bull y que les superó. En realidad, la diferencia de peso del coche produce una merma de 4,5 décimas de segundo por vuelta en relación a Vettel. Eso significa que, con el mismo peso, el alemán y el australiano habrían superado a Alonso.

"Ya sé que será muy difícil que logre mantener mi posición en la carrera, porque sus coches son mucho más rápidos", reflexionó Alonso. "Sin embargo, mi planteamiento es sólo uno: realizar una buena salida e intentar descolgarme en las primeras vueltas hasta el repostaje. Y después, ya veremos. Sé que ganar la carrera es casi imposible. Pero creo que el podio es ahora una posibilidad real. Ése va a ser el objetivo y lo veo al alcance". Las prestaciones del R29, sin embargo, han mejorado de forma sustancial desde que el equipo modificó el alerón delantero, los tapacubos y la cobertura del capó trasero, cambiando parte de la aerodinámica. La batalla por la victoria debe centrarse básicamente entre ellos tres y el McLaren de Lewis Hamilton, cuarto, que evidenció mejoras sustanciales. Los Brawn parecen estar fuera. Y los Ferrari sufrieron un percance importante, cuando Felipe Massa recibió el impacto en el casco de un muelle de la suspensión del coche de Barrichello cuando iba a afrontar una de las curvas más rápidas del circuito. Iba a 195 km/h, perdió el control del coche, que siguió recto hasta empotrarse en los neumáticos de protección, perdió la conciencia y el golpe le afectó la parte superior del ojo izquierdo y el hueso. Tuvieron que operarle y hoy no podrá correr, aunque su estado es estable y no hay daños mayores. Por tanto, a partir del décimo puesto los coches avanzarán un lugar en la parrilla.

En la cola saldrá el debutante español, Jaume Alguersuari, que abandonó su último intento en la Q1, cuando se le encasquilló la mariposa de la admisión y su Toro Rosso se mantuvo con la aceleración a tope hasta que se paró. Cerró la clasificación con un tiempo de 1m 22,3s, a ocho décimas de Buemi.

Massa, con el ojo ensangrentado y el casco roto tras recibir el impacto de un muelle.
Massa, con el ojo ensangrentado y el casco roto tras recibir el impacto de un muelle.EFE

Ferrari ofrece a Raikkonen y busca sitio al español

El futuro de Fernando Alonso está cada vez más claro. El rumor del fichaje del asturiano por Ferrari para el año 2010 hace ya meses que circula en el paddock. Pero ayer este diario pudo confirmar a través de varios equipos que la Scuderia ha ofrecido a Kimi Raikkonen al menos a tres escuderías para intentar buscarle la mejor salida posible ante la inminencia de la llegada de Alonso. Toda la operación de Ferrari cuenta con el apoyo del Banco Santander, que está dispuesto a realizar un esfuerzo económico importante para conseguir que el doble campeón mundial pueda llegar al equipo paralelamente a su entrada en escena. En este sentido, la excelente relación que mantienen Emilio Botín, presidente y principal accionista del Santander, con Alonso y con Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari, juega un papel determinante.

El acuerdo entre Alonso y Ferrari se cerró ya la pasada temporada. Lo único que queda pendiente es cuál va a ser el destino de Raikkonen, puesto que Felipe Massa seguirá en el equipo como compañero del asturiano. Aunque los dos pilotos mantienen contrato en vigor la próxima temporada, el equipo ha tomado ya la decisión de desprenderse de Raikkonen en parte por el poco arraigo que ha conseguido entre la plantilla de la escudería y en parte por sus malos resultados. Esta temporada se subió al podio en Mónaco -fue tercero- pero lleva sólo 10 puntos, seis menos que Massa.

Las posibilidades que se le ofrecen a Raikkonen son incorporarse en 2010 a Brawn, a Renault o incluso a BMW, si tiene la pretensión de seguir en la F-1. Con los tres equipos ha habido conversaciones. Brawn podría acogerlo, puesto que Barrichello probablemente cerrará su etapa en la F-1 el año que viene, pero ya ha dejado claro que no tiene dinero para pagar su sueldo. Sin embargo, ésta podría ser la aportación suplementaria del Santander para facilitar la salida de Raikkonen de Ferrari. En caso de que no hubiera acuerdo, Ferrari debería buscar argumentos para que el finlandés cogiera la indemnización que le corresponda -se habla de 30 millones de dólares (unos, 21 millones de euros)- y se marchara. Si esta situación se ha resuelto, el anuncio del fichaje de Alonso podría realizarse junto al de la entrada del Santander como patrocinador de Ferrari el mes de septiembre en Monza. Si no, se retrasaría hasta final de la temporada.

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