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Análisis:MUNDIAL DE F-1 | Gran Premio de Gran Bretaña
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Alonso fue un auténtico martillo

Si hay algo realmente importante que demostró la carrera de Silverstone es que Ferrari ha resuelto sus problemas. No es una cuestión de poca enjundia. Al contrario. Hace solo dos meses, la distancia entre los Red Bull y los Ferrari era de aproximadamente 1,5 segundos. Ayer, en el GP de Gran Bretaña, Fernando Alonso concluyó 16 segundos por delante del Red Bull de Sebastian Vettel. Ni él mismo se lo podía creer.

Desde el inicio de la temporada, los Ferrari evidenciaron un grave problema de aerodinámica que les provocaba una notable falta de adherencia en las curvas rápidas y encadenadas. La situación se agravaba porque la misma falta de fuerza aerodinámica les impedía calentar bien los neumáticos, lo cual les restaba todavía más potencial. El equipo, sin embargo, trabajó bien y consiguió ir mejorando el coche hasta llegar a Silverstone con los problemas resueltos.

Hubo un cúmulo de circunstancias en Red Bull que favorecieron a Fernando
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Ferrari ha vuelto

Es cierto que las últimas evoluciones de Ferrari llegaron justo en el momento en que Red Bull recibió la pésima noticia de que no podría seguir utilizando el soplado procedente del motor hacia su difusor. Para ellos eso fue un mazazo, contra el que intentaron revelarse con reuniones y protestas hasta el último momento. Todos los grandes equipos utilizaban el difusor soplado. Pero Red Bull era quien más había desarrollado este sistema y, por tanto, fue también quien más sufrió por su pérdida.

No hay que cuestionar el trabajo de Ferrari y mucho menos el de Fernando Alonso. Pero es cierto que en Silverstone se produjeron un cúmulo de circunstancias que favorecieron al piloto español. Al margen de la pérdida del difusor soplado, Red Bull cometió varios errores durante la carrera. El primero, retrasar en exceso la entrada de Vettel al taller en el cambio de neumáticos. El segundo, encallarse con una rueda tanto con Webber como especialmente con Vettel (ocho segundos de pérdida), que salió de su segundo cambio de neumáticos por detrás de Alonso y con la carrera perdida.

Y lo que se hizo de nuevo patente es que cuando Alonso ve posibilidades de ganar se convierte en un depredador que nunca deja escapar a su presa. Es espectacular. Cuando cogió el liderato de la carrera y vislumbró la oportunidad de ganar el primer gran premio de la temporada, fue un auténtico martillo, marcando vueltas rápidas, conduciendo con una precisión y fiabilidad impresionantes y colocando segundos de por medio entre él y su gran rival de este año, el alemán Vettel.

Es difícil imaginar que pueda recuperar la diferencia de 92 puntos que mantiene el piloto de Red Bull, líder del Mundial, en las próximas 10 carreras. Y menos después de conocerse ayer por la noche que la FIA va a autorizar finalmente el uso del difusor soplado sin condiciones a partir de la próxima carrera y hasta el final del campeonato. Es una buena noticia para Red Bull. Pero es un bandazo más de la FIA que parece dictar sentencias sin ton ni son y sin ningún criterio, perjudicando la imagen de seriedad que debería dar la F-1.

Newey al final se salió con la suya, en gran parte porque Ferrari ya da el título por perdido este año y lo único que ha querido garantizarse es que el soplado constante del motor será prohibido la próxima campaña. Red Bull contará ya en Alemania con todo su potencial. Y veremos si en estas condiciones Ferrari es capaz de seguirle.

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