_
_
_
_
_
Entrevista:AYALA | Exdefensa del Valencia | FÚTBOL

"Argentina quiere ser el Barça, pero solo tiene a Messi"

Ante la carestía de centrales poderosos, tanto en el Valencia como en la selección argentina crece la añoranza por Roberto Fabián Ayala (Entre Ríos, Argentina; 1973). Colgó las botas en diciembre pasado, tras 18 años de profesional en siete clubes y de ser 115 veces internacional con su país.

Pregunta. ¿Va a volver a su antiguo oficio de reparar balones?

Respuesta. No estaría mal, pero la carrera me ha dado para algo más. Sí me hubiese gustado hacer el balón a mi hijo. Lo heredé de mi abuelo Camilo. Cuando se ponía a coser los balones de los chicos que se pinchaban o se rompían, me sentaba a su lado por las tardes. Me intrigaba lo que hacía. Le pedí el favor de que me enseñara hasta que pude armar uno con el cuero y la aguja. Ahora son todo plástico. Ya no hay costura. Antes era la cámara, el cuero, el forrado..., todO a mano. Una profesión muy linda.

"El fútbol de mi país ha bajado mucho por vender a los jugadores antes de madurar"
"Tengo artrosis y un desgaste muy grande. Si tenía que jugar con dolor, lo hacía"

P. Llegó a jugar con su padre.

R. Sí, en el San José de Aldea Brasilera, a 40 kilómetros de donde nací, en Paraná, en la Mesopotamia argentina. Fue comerciante, pero era entrenador-jugador, se lesionó el central y, como se jugaba con un líbero y un estoper, él hacía de líbero por detrás y yo, un joven que tenía que correr para todos los lados, por delante. Un gran recuerdo, lo mismo que habría sido inolvidable, y ya no me pasará, haber jugado con mi hijo.

P. ¿Cómo compensa su nervio competitivo?

R. Me refugio estando 24 horas con mis hijos. Antes no podía. Tengo cinco: de 21 años, 14, 12, seis y un añito la chiquita. Les trato de inculcar el respeto a los demás. Es un aprendizaje. Mi padre no me habría permitido hablar de sexo, por ejemplo. Yo, a los 16 años, ya era padre. Tengo una hija de casi 22. Ahora se puede hablar de temas importantes.

P. ¿Sigue pintando?

R. Sí. Un poco de todo. Mucho pastel, carbonilla, dibujo... Me gusta explorar y poder llegar a exponer. Primero haré varios talleres. Gracias a una amiga de Valencia, tengo la posibilidad de acercarme a un pintor muy reconocido, Uiso Alemany; estar a su lado, intercambiar, ver cómo empezó.

P. ¿Qué va a ser de su salto?

R. Nada, con las rodillas como están... Sufrí mucho los últimos seis meses en el Racing de Avellaneda. Hay una artrosis y un desgaste muy grande. A partir de la operación de 2004, después de los Juegos Olímpicos de Atenas [Argentina ganó el oro], ya no fue lo mismo. Nunca me medí: si tenía que jugar con dolor o hacer algo para jugar, lo hacía.

P. ¿Lo más bestia que hizo?

R. Sacarme el mismo día líquido en la rodilla, infiltrarme y jugar, lo que no te recomienda nadie en el fútbol.

P. Dentro del campo, tampoco se medía.

R. Sí, pensando en que había un duelo, un balón de por medio, quería ganar ese duelo.

P. De ahí, su imagen de duro.

R. Tampoco tengo tantas expulsiones. Ya sé que aquella imagen pateando a Simão ha recorrido el mundo, pero nunca fui violento.

P. ¿El delantero más rápido?

R. Owen y aquel gol que nos metió en Francia 1998.

P. ¿El más hábil?

R. Ronaldo tenía habilidad y velocidad. Messi es el más completo. Daba sus primeros pasos cuando jugué contra él y puede llegar a ser el mejor de todos los tiempos si sigue su progresión.

P. ¿Y el más fuerte?

R. Drogba. Tenía muy buen físico, salto y técnica.

P. ¿Qué le pasa al fútbol argentino?

R. Ha bajado mucho. No sé si por la falta de calidad de los jugadores o por la necesidad de los clubes de venderlos para pagar sus deudas. El chico no madura y no quema las etapas.

P. ¿Y el bajo nivel de los centrales en el Mundial de Sudáfrica?

R. Hay centrales desparramados por el mundo. Son épocas. La selección fue de menos a más y la mejora llevó a Maradona a tomar una decisión incorrecta. Se equivocó totalmente en el planteamiento del último partido: Mascherano no sabía para dónde ir. Alemania fue viva y pasó.

P. Critica a Maradona...

R. No es una crítica, pero si Maradona ganó en Alemania un amistoso jugándole de otra manera... Yo habría jugado igual: contención y contragolpe. El fanatismo lleva a idolatrar a alguien por lo que fue, pero en la parcela de entrenador va a ser juzgado como los demás, con todo el respeto. Si estuviera frente a él, le preguntaría por qué no jugó igual que en el amistoso.

P. ¿Mejor con Batista?

R. La propuesta es cuidar la pelota y desequilibrar con ella siguiendo el modelo del Barça. Pero no se puede copiar porque solo tiene a Messi, no a Xavi, ni a Iniesta ni a laterales con esa proyección. El Barça es una cultura de años jugando igual.

P. ¿Cómo vivió el título de España en el Mundial?

R. Antes también hubo grandes generaciones, pero esta vez se dio la cuota de suerte: un grupo de jugadores a muy buen nivel que congenió, compitió y tuvo el espejo de la Eurocopa. España sabía cómo jugar cada partido, no se desesperaba. Eso es la madurez y la confianza de un equipo.

P. ¿Cómo ganó el Valencia dos Ligas al Madrid galáctico?

R. El Barça y el Madrid se durmieron y nos metimos nosotros. También hubo un grupo de jugadores que en otros equipos no tuvo tanta fortuna, me incluyo, y que dieron su mejor versión, bien entrenados y muy comprometidos. Gente con personalidad, que marcaba, se imponía, transmitía... Y se disfrutaba. No me refiero a jugar lindo, sino a pensar: 'Hoy jugamos como queríamos'.

P. ¿Y jugar en Segunda?

R. Fue una experiencia fuerte que me gustó: notaba en cada partido que me estaba enfrentando a jugadores que deseaban llegar a la élite. Era tremendo, y más en el Zaragoza, al que todos querían ganar. Te jugaban a morir.

Ayala, el martes pasado en Valencia.
Ayala, el martes pasado en Valencia.JOSÉ JORDÁN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_