Ataque de nervios

Xavi buscó un pase, no lo encontró, perdió la pelota y la jugada acabó en saque de esquina contra la portería de Valdés. En el Calderón, el Atlético y el Barcelona empataban a un gol y sobre el campo, después de haber alcanzado momentos de un 80% de posesión de balón, el equipo azulgrana empezaba a perder los papeles. En ésas, Puyol reprendió a Xavi por su error y el volante, probablemente el mejor hasta entonces, se fue a por el capitán, con la vena yugular hinchada, visiblemente irritado. Xavi, el jugador más veterano de la plantilla, achantó al capitán, amargado por el Kun Aguëro.

La bronca no pasó inadvertida y sorprendió a muchos de los directivos que acompañaron al presidente, Joan Laporta, a Madrid, pero no a la gente que convive a diario con el equipo. "Una chispa y la gente pierde los nervios. Está muy quemada", reconocen en el staff del Barça. "Eso de que, físicamente, estamos mal es una milonga. Acabamos encerrando al Atlético. El problema de este equipo es mental", aseguraba ayer uno de los ayudantes de Frank Rijkaard.

"El problema de este equipo es mental", asegura uno de los ayudantes de Rijkaard

Pocos futbolistas le reconocen en privado los méritos a Ronaldinho

Demasiado tiempo viviendo al límite lejos de los puestos de cabeza; demasiadas dudas; demasiadas decisiones sorprendentes del técnico, condicionadas muchas por los consejos del cuerpo médico ahora que cada viernes hay asamblea en el vestuario y se consulta todo a todo el mundo para optimizar el trabajo de todos los departamentos.

El criterio médico llevó a Rijkaard a resguardar a Messi en el banquillo del Calderón. Los compañeros, que siempre le reconocen como el mejor, no lo entendieron. "Rijkaard maneja el equipo con perspectiva", le defendió el director deportivo, Txiki Begiristain. Pero algún jugador se pregunta cómo es posible que Agüero se recuperara de una lesión muscular que le sobrevino el jueves y Messi, amenazado supuestamente por una lesión, pudiera salir al final, pero no de titular, en favor por ejemplo de Ronnie.

La presencia de Ronaldinho fue la comidilla del viaje de vuelta de la expedición. Directivos y jugadores defienden al Gaucho públicamente, pero en privado le señalan como culpable de su baja forma. Son mayoría los futbolistas que apuestan por la elección de los mejores y pocos reconocen méritos a Ronnie.

El estado anímico del equipo es muy precario y, a la primera contrariedad, como un gol de rebote —el primero del Atlético—, pierde los nervios con exagerada facilidad. Tan capaz de dominar el partido como de desaparecer, el Barça se antoja un enfermo bipolar: un rato arriba, eufórico, creyéndose que podía ser líder la noche del sábado; y, tan pronto como asoman las dudas, de vuelta al pozo, otra vez a cinco puntos del Madrid. Muy capaz de su mejor fútbol y del peor en 90 minutos, el equipo trata de pasar página y sólo piensa en escuchar Eye of the tiger (El ojo del tigre) mientras calienta antes de medirse mañana al Celtic. Puyol pidió al vicepresidente del club, Marc Ingla, que la banda sonora de la película Rocky acompañara los calentamientos del equipo y la estrenaron contra el Levante.

A Begiristain le da igual la música. Sólo pide a los jugadores que se metan en los cuartos de la Champions. "Nos jugamos mucho. Les ganamos en la ida remontando el marcador dos veces", recordó, preocupado, en TV-3; "perdemos el control de modo sorprendente. Nos desorganizamos y nos vamos del partido. Por eso somos tan irregulares". A Laporta también le preocupa la situación y por eso se pasó el viaje de regreso intentando levantar el ánimo de los jugadores, especialmente de Deco, que pasa un momento personal complicado.