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Crónica:Fútbol | Intertoto
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Atlético se complica en Rumania

José Marcos

Fiel a la tradición, de acuerdo con la desastrosa temporada que cerró con la marcha de su icono, Fernando Torres, al Liverpool, el Atlético se complicó la vida en su visita a una cancha menor. Los veteranos añadieron otra muesca a las derrotas en la UEFA ante los griegos del OFI Creta o la Politécnica de Timisoara. Éste, en octubre de 1990, fue el único grupo rumano que superó a la escuadra del Manzanares en Europa. El 1-0 de la vuelta en el Calderón no llegó para remontar el 2-0 de la ida. Visto lo visto, la epopeya de la Politécnica podría tener relevo.

En sus 90 años de historia, el Bistrita rumano sólo alcanzó la gloria en una ocasión, con la Copa que conquistó hace casi 20 años. Contra el Atlético podría firmar otra hazaña memorable. Porque el grupo transilvano, cuyo caché son 17 años en Primera División, adquirió ventaja en la ida de la final de la Intertoto. Lo hizo con un juego simplón, donde la testosterona suplió las carencias técnicas. Suficiente para desquiciar por completo al cuadro de Javier Aguirre.

GLORIA BISTRITA 2 - ATLÉTICO 1

Gloria Bistrita: Albut; Frasinescu, Abrudan, Sepsi, Rus; Ragipovic (Damian, m. 72), Coroian (Caju, m. 59), Nalati (Dumitra, m. 86), Dobre; Zaharia y Tilinca. No utilizados: Toma, Astilean, Bad, Roman y Costea.

Atlético: Leo Franco; Seitaridis, Perea, Eller, Antonio López; Maxi, Maniche, Luccin (Costinha, m. 76), Petrov (Jurado, m. 57); Raúl García y Mista (Braulio, m. 60). No utilizados: Abbiati; Pablo, Pernía y Zé Castro.

Goles: 1-0. M. 6. Asistencia de Tilinca a Zaharia que, libre de marca dentro del área, chuta con la izquierda. 2-0. M. 38. Contragolpe que finaliza Tilinca con un disparo ajustado al palo derecho de Leo Franco. 2-1. M. 54. Seitaridis remata con la derecha desde 25 metros y el balón entra tras golpear en el travesaño.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Ita.). Amonestó a Frasinescu, Luccin y Seitaridis.

8.000 espectadores en el estadio Gloria.

A la que podían, los rumanos salían al contragolpe, la especialidad del Atlético. Zaharia y Tilinca causaron estragos. Leo Franco, con los centrales a por uvas -Perea, que tira de físico para salvar sus fallos de colocación, estuvo nefasto- se encontró vendido en los dos goles. Seitaridis tampoco se salvó de la quema, aunque abrió un resquicio a la esperanza. Cuando parecía que iba a enviar un centro al área, le salió un trallazo desde 25 metros que se coló en la portería tras dar en el travesaño. El lateral heleno, que fichó procedente del Dinamo de Moscú, como Maniche y Costinha, renovó la fe que él mismo había finiquitado.

Su acierto fue la única noticia potable. Las conclusiones, pésimas. Luccin y Maniche abusaron de los balones largos, como si fuera a aparecer Torres. Les falló la memoria. Arriba estaban Mista y Raúl García, inofensivos, estáticos, sin pegada. Encima, los medios imprimieron un ritmo lentísimo al juego. Más que profesionales, parecían veteranos.

Pero lo peor no fue eso. Sobró apatía. Faltó actitud. Demasiados puntos flacos. El Atlético se hizo el harakiri y no se desangró de milagro. Si quiere volver a Europa, si quiere recordar tiempos pasados, tendrá que remontar, el próximo sábado, en un Calderón en ascuas.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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