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FÚTBOL | ATLÉTICO DE MADRID

El Atlético ficha a Quique de rebote

El club contrata hasta final de temporada al madrileño, su 15º técnico diferente desde el doblete, tras negociar antes con Laudrup y con Spalletti y tantear a Pantic para suplir a Abel

Quique Sánchez Flores, el tercer plato para suceder a Abel Resino, dirigirá al Atlético hasta el 30 de junio. El técnico, que tras rescindir "de manera amistosa" su relación con el Benfica se planteaba continuar su carrera en Inglaterra, se encontró con el banquillo rojiblanco de rebote. Camino del Vicente Calderón, adonde llegó anoche para firmar su incorporación tras el partido de hoy (18.00, Canal + Liga y GolTV) contra el Mallorca, no le importó que le hubieran dejado para el postre. La negativa de Michael Laudrup, que exigía una temporada más, y de Luciano Spalletti, que tenía un preacuerdo con el Zenit, inclinó la balanza a su favor. Después de dos días y tres noches de vodevil, así terminó la "crisis más grave" que Enrique Cerezo recuerda desde que es presidente.

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El mandatario, al que el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, otorgó plenos poderes en el área deportiva para centrase en el aspecto económico -la deuda del club supera los 300 millones de euros-, ganó con más suspense del esperado su primer pulso con Jesús García Pitarch, el director deportivo. Reacio a dar carrete a Quique por su mala relación con su agente, Manuel García Quilón, Pitarch se puso el miércoles por la noche, con la tunda recibida en el campo del Chelsea todavía caliente, en contacto con Laudrup. Sin equipo conocido desde que el Spartak le despidió en primavera, el preparador danés aceptó en principio la propuesta, pero la terminó rechazando al día siguiente. Su representante, Bayram Tutumlu, acudió el jueves por la mañana a la cita con los negociadores del Atlético en las oficinas del Manzanares. Para estupor general, no aceptaron las condiciones. Laudrup pretendía un año más de contrato. Casi eran las ocho de la tarde y Cerezo y Pitarch, que hasta el jueves mantenían posturas muy diferentes -tanto que el director deportivo incluso puso su cargo a disposición del club-, decidieron cambiar de planes y se pusieron en contacto con Spalletti. El entrenador aceptó la oferta, pero con una condición: que el Atlético le igualase el sueldo que le ofrecía el Zenit, de más de tres millones de euros por temporada, y que pagase el dinero acordado con el equipo ruso en caso de incumplir su pacto. Cerezo y Pitarch le colgaron de inmediato y retomaron las negociaciones con Quique.

Mientras Pitarch y Cerezo se esmeraban sin mucho éxito en encontrar una alternativa a Abel, el toledano se levantó ayer todavía con los galones de entrenador. Fue por poco tiempo, ya que el club anunció su destitución poco después de las diez, 50 minutos antes del entrenamiento. "El que da todo lo que tiene no está obligado a más; me voy con la conciencia muy tranquila", afirmó Abel en una comparecencia exprés en la que apenas se admitieron preguntas, que no llegó a los cinco minutos y en la que el entrenador saliente tuvo que tragar con la presencia de Pitarch, al que señaló como el responsable de una plantilla escasa y mal confeccionada. Su marcha engorda la inquietante estadística del Atlético, una pasarela que ha visto ya 15 entrenadores diferentes (Radomir Antic ha estado en el banquillo en tres ocasiones), dos presidentes y cuatro directores deportivos desde el doblete (1995-1996). El resultado habla por sí solo: ningún título y dos finales de Copa perdidas con el Espanyol y el Valencia. "Estoy seguro de que los males del Atlético desaparecerán con dos victorias seguidas", insistió Abel, muy educado y mordiéndose la lengua, en su despedida tras ocho meses y medio en el banquillo.

Le suplirá Santi Denia "hasta que termine el partido con el Mallorca", según apuntó el interino, uno de los ayudantes que el Atlético impuso a Abel cuando fichó en febrero. En principio compartirá cartel con el preparador de porteros de la casa, Miguel Bastón, y Juan Sabas y Miguel Peiró, que llegaron al club con Abel como segundo y como preparador físico. No fue el único de la lista. Pitarch y Cerezo también tantearon a Milinko Pantic. El director técnico de la escuela del Atlético se acostó con la certeza de que sería el elegido para suceder a Abel. Lo será Quique (ex entrenador de Getafe, Valencia y Benfica), tras muchas idas y venidas y cuya llegada ya se planteó en verano, antes de que Abel clasificase al equipo para la previa de la Champions. El ex jugador del Madrid y el Valencia, que cobrará alrededor de un millón de euros y contará con su hombre de confianza, Fran Escrivá, afronta una tarea titánica: concluir el campeonato tercero. "Debemos asumir nuestra culpa y dejárnoslo todo en el campo", calienta motores el capitán, Antonio López. El relevo de Abel seguirá probablemente el duelo con el Mallorca desde el palco. Aunque la rocambolesca crisis del Atlético obliga a una victoria, Denia no las tiene todas consigo: "En un día tampoco se puede hacer magia".

Quique Sánchez Flores
Quique Sánchez FloresEFE

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