El Atlético gana sin juego
El equipo de Javier Aguirre consigue una pobre victoria por la mínima ante un Levante que hace aguas
Un gran gol de Fernando Torres, lo único destacable en un partido nefasto, mantiene al Atlético en la lucha por un puesto en la Liga de Campeones, gracias a su triunfo sobre un pobre Levante, que regresa a la zona baja de la tabla. Puede discutirse su juego, debatir sobre su progresión o censurar su empeño en lanzar penaltis, pero los números le avalan. Con 23 años, el 'Niño' ya está entre los diez máximos goleadores de la historia rojiblanca y cada semana es casi el único motivo de esperanza en un equipo plano.
Porque, hasta que irrumpió el capitán, el conjunto del mexicano Javier Aguirre no ofrecía más que motivos para desesperarse, tan espeso como su rival, con tan poco fútbol como un Levante que vuelve a estar con el agua al cuello. Sostiene Aguirre que el problema del Atlético tiene que ver con su mentalidad. Bien por su historia o por el respeto que le impone la afición, los jugadores se bloquean en su estadio, donde apenas han ofrecido un par de actuaciones convincentes (contra Villarreal y Real Madrid).
El juego no existe, porque desde el comienzo de la temporada el centro del campo es una zona de transición, no de creación, y alguna decisión del técnico, que hoy volvió a prescindir de inicio del 'Kun' Agüero. Ante el Levante, en el regreso al Calderón de históricos de la mejor época (Molina), de algunos buenos momentos (Abel y Sabas, ahora en el banquillo) y menos buenos (Salva), el Atlético ofreció el peor primer tiempo de la temporada. Y eso, dado los antecedentes, es mucho.
Fue una sucesión de despropósitos, de pases sin criterio y mucha falta de espíritu que acabó con la paciencia de una afición cansada de recibir tan sólo buenas noticias de otros campos y que, pasada media hora, comenzó a abroncar a sus jugadores. No hizo mucho más el Levante por mejorar el espectáculo, pero en el caso de los de Abel Resino está justificado, porque suficiente tiene con preocuparse por mantener intacta su parcela, para buscar la salvación.
Sin alma y con la alineación cambiada desde que a los veinte minutos se lesionase el colombiano Luis Perea, el Atlético no llegó más que en tres ocasiones a la meta de José Molina. Pero el portugués Costinha, con un flojo cabezazo, el argentino Martin Galletti y Mista, también de cabeza, se estrellaron ante el guardameta levantinista. El equipo azulgrana no incomodó más que con un centro al área del italiano Tommasi, que no llegó a rematar Salva Ballesta, pero alcanzó el descanso satisfecho con su trabajo, convencido de haber dado con la clave para poner en desacuerdo a los locales y la grada.
Para arreglarlo, Aguirre metió en el campo a Agüero en sustitución de Costinha, pero el que sacudió al equipo fue Torres, el único que había arrancado aplausos en el primer tiempo, y que cambió la dinámica del encuentro con su actuación. El 'Niño', que había puesto a prueba en dos ocasiones previas a Molina, sin éxito, agarró en el pico del área un balón que había perdido la defensa azulgrana ante Mista y lo colocó, con un disparo potente y desviado, lejos del alcance del meta del Levante. Una acción que fue lo único vistoso en una hora de encuentro.
El gol no salvó a los locales de sufrir durante la media hora final, porque el Levante adelantó líneas con la entrada de Riga y Reggi y el Atlético, como de costumbre, reculó. No igualó el equipo de Abel porque Riga, solo ante Leo Franco, envió el balón fuera y Alvaro cabeceó alto por poco un saque de esquina. El Atlético salvó, a duras penas, tres puntos con los que seguir pensando en grande, aunque sea de forma casi artificiosa. Sin juego, pendiente del resto y sacando petróleo de cada gol que anota.
