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Ayón está mejor que nunca

El pívot del Fuenlabrada, que hace un mes apenas podía mover el brazo izquierdo, logra un estratosférico 43 de valoración ante el Cajasol (97-99)

Hasta hace un mes el Fuenlabrada era un equipo mustio. La pretemporada había dejado sensaciones preocupantes y los dos primeros encuentros de la Liga Endesa habían refrendado las carencias del equipo de Porfirio Fisac. "Nos faltan muchas cosas aún como equipo. Pero sobre todo nos falta Gustavo. Con él en la pista nos sentimos más seguros. Más fuertes", el técnico del equipo madrileño añoraba a Gustavo Ayón (Tepic, México; 1985) que por aquel entonces permanecía entre algodones por una delicada lesión en su hombro izquierdo. Pero Ayón ha vuelto y hoy en el pabellón sevillano de San Pablo se ha erigido en el líder absoluto de un Fuenlabrada luchador y descarado que ha acabado por imponerse al Cajasol de Joan Plaza por 97-99 en la prórroga. Ayón, más iluminado que nunca, ha firmado 34 puntos (con un 94% de acierto en tiros de dos) y 11 rebotes en 33 minutos de juego para un descomunal 43 de valoración. Nada pudo hacer Paul Davis (27 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias) para frenar el impulso del Titán de Nayarit.

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Un titán para la NBA

La historia de Gustavo Ayón (Tepic, México; 1985) se escribe a contracorriente. El pívot mexicano de 206 centímetros y espíritu indomable creció en una humilde familia de labradores y trabajó en el campo hasta que con 15 años salió de su pueblo natal. Tras coquetear con el voleibol en su etapa universitaria, sus cualidades le llevaron a fajarse bajo los aros cuando ya cumplía los 18 años. En 2006, con 21, se convirtió en profesional y su proyección en los Halcones de Xalapa le llevaron a Europa en apenas dos temporadas. Llegó a Fuenlabrada en abril de 2009 y en solo tres partidos apuntó sus cualidades para hacer carrera en la ACB, pero el conjunto madrileño decidió foguearlo hasta completar su formación. Pasó por el Marinos de Anzoategui venezolano, por el Illescas en la Adecco Plata y por el Tenerife en LEB Oro hasta regresar al conjunto del sur de Madrid.

El curso pasado completó su primera temporada en la élite y resultó inmejorable. 10,6 puntos, 6,4 rebotes, 1,3 asistencias, 1,6 robos y 1,4 tapones por encuentro y 15,3 de valoración media. Primero en la tabla de porcentaje de tiros de dos con un 66,22 %, cuarto en la lista de matadores con un total de 31, y quinto en la tabla de máximos reboteadores con un total de 204 capturas. Un meritorio currículum que le valió la designación como Jugador Revelación de la ACB con 100 puntos en la votación, superando los 55 del madridista Nikola Mirotic y los 40 de su compañero en el Fuenlabrada Xavi Rabaseda.

El pasado verano comenzó a coquetear con la NBA. Completó entrenamientos privados en los campus de los Suns, Lakers, Thunder, Hornets, Nuggets y Spurs para medir sus aspiraciones de convertirse en el tercer jugador mexicano en ganarse la escarapela de la liga estadounidense tras Nájera y Horacio Llamas. Pero en plena pretemporada su hombro comenzó a martirizarlo a él y a desvelar al Fuenlabrada. "Llegué a desesperarme. No podía mover el brazo y no sabía lo que tenía. No se sabía si era sólo un golpe o una lesión grave. Se habló de operación, era una opción muy real hasta que fuimos a un especialista y lo descartó. Nos dijo que sería sólo recuperación y terapia para superarlo".

Los de Fisac arrancaron la Liga con dos derrotas pero ya están en puestos de playoff. En la tercera jornada y cuando aún figuraba en el parte médico Ayón pidió permiso a los doctores para volver al parquet y, sin su pleno consentimiento, decidió ayudar a los suyos bajo su total responsabilidad. Su regreso no pudo ser mejor 20 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias, 2 robos, 2 faltas recibidas y 26 de valoración. Sin apenas poder levantar el brazo izquierdo, fue capaz de realizar su segunda mejor marca anotadora en la competición, solo cuatro puntos por debajo de su tope absoluto, logrado frente al Barça en la 2010-11 donde también firmó su mejor valoración con 29. Hoy en Sevilla ha pulverizado todos los registros. El Titán está en plenas condiciones y el Fuenlabrada lo celebra. "Somos un grupo excelente. Quizá no tengamos a los jugadores más talentosos, pero somos un equipo, pensamos como equipo, y los resultados lo demuestran", suele contar Ayón para resumir el libro de estilo de su equipo.

Gustayo Ayón entra a canasta en el partido ante el Cajasol.
Gustayo Ayón entra a canasta en el partido ante el Cajasol.JUAN FERRERAS (EFE)

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