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BARCELONA 4- VILLAREAL 0 | LIGA

El Barça comienza a gustarse

El equipo catalán golea al Villarreal con un Ronaldinho mágico y mantiene su liderato

El Barcelona no cede. Los azulgranas volvieron a mostrar su mejor versión con una goleada de la mano de Ronaldinho, que confirmó que es un jugador de otro planeta con un tanto para enmarcar.

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Partido trampa magníficamente solventado por el Barcelona. Después de lograr una victoria más que necesaria en Sofía, los hombres de Rijkaard corrían el riesgo de afrontar un nuevo envite liguero con la mente todavía en la competición continental. Un peligroso experimento en el que, sin embargo, el equipo catalán demostró una vez más su dominio. En algo que comienza a ser recurrente, el Barça abrió la lata mediante una pena máxima convertida con maestría por Ronaldinho, que firmó un golazo de anuncio.

No obstante, el partido no sería un camino de rosas para el brasileño y sus secuaces. El Villarreal, un rival tradicionalmente incómodo para el estadi, desembarcó dispuesto a hacer añicos el liderato azulgrana y maquillar así su irregular inicio de campaña. Nada más comenzar el partido, el conjunto castellonense ofreció dos muestras de su propósito en sendas llegadas de Forlán y Cani. El uruguayo, bestia negra para los catalanes en anteriores temporadas, no pudo perforar la meta azulgrana ante el buen hacer de Thuram y la escasa ambición de sus compañeros.

Después de superar el tanteo 'amarillo', el Barcelona hizo gala de algunas de sus virtudes pero sin llegar a generar acciones de verdadero peligro. Atascado, el conjunto de Frank Rijkaard comenzó a ver la luz tras un espectacular remate de cabeza de Ronaldinho que rozó la gloria. El brasileño, en progresión, se elevó para rememorar el testarazo que convirtió una semana antes en Mallorca, pero esta vez sin premio. Instantes después, en el 33', el virtuoso delantero carioca se reencontró con una sus especialidades, la pena máxima, para deleite del graderío. El Villarreal, atónito, cariacontecido, veía como Pérez Lasa minaba sus aspiraciones al señalar un riguroso penalti de Cygan por agarrón a Gudjohnsen. Ronaldinho, extasiado, ejecutaba con acierto el penalti para hacer su gol 50 con la elástica azulgrana.

Desde ese momento, el planteamiento castellonense se resquebrajó como el barro seco y el Barcelona tiró de caballos para incrementar el ritmo del choque. Ronaldinho, en combinación con Giuly, pudo conseguir el segundo en semibolea de no ser por la acertada intervención de Barbosa. El meta argentino mostró cierto nerviosismo a lo largo del encuentro, algo que quedó patente antes de llegar al descanso. El portero despejó erróneamente un centro desde la izquierda y dejó el esférico a placer de Gio, que vio como su remate era salvado in extremis por el arquero.

Ronaldinho mágico

En la segunda mitad, el Barcelona mantuvo su ofensiva sobre el marco del Villarreal. Iniesta, en su línea, dirigió el arsenal azulgrana con inteligencia y surtió de balones a los delanteros. Deco, reclamando su status, ofreció un bello detalle al picar el balón sobre Barbosa obteniendo el aspaviento generalizado del graderío. Conforme avanzaba el encuentro, el pulsómetro blaugrana ganó enteros. Gudjohnsen, que completó un gran encuentro, certificó su buen momento al conseguir el gol de la tranquilidad para el Barcelona en un cabezazo que nacía de una posición dudosa del islandés.

Con el 2-0 y el envite finiquitado, el Barcelona se gustó a si mismo y enarboló su fútbol de toque, velocidad y verticalidad. En este sentido, Iniesta -Don Andrés ahora- es el ejemplo a seguir. El jugador manchego volvió a dar muestras de su imparable crecimiento como futbolista y engrosó la goleada tras aprovechar un buen centro de Zambrotta.

La recta final del partido fue una dulce cuenta atrás para los de Rijkaard. Un plácido carrusel de oprtunidades que tan sólo sería trastocado por una tímida respuesta del Villarreal. En una misma oportunidad, Valdés -y el palo- impidieron el presente para los castellonenses. Craso error para éstos. Ronaldinho, grande, enorme, titánico, rubricó la goleada con un espectacular remate de chilena que hizo estallar de júbilo al Camp Nou. Los pañuelos blancos y el griterío que invadieron el coliseo azulgrana refrendaban la vuelta a los orígenes del Barcelona. Y de su crack.

Ronaldinho celebra el cuarto gol azulgrana
Ronaldinho celebra el cuarto gol azulgranaREUTERS

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