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Crónica:SEVILLA 0 - BARCELONA 1 | Vuelta de los octavos de la Copa
Crónica
Texto informativo con interpretación

Un Barça genial hace grande al Sevilla

Los azulgrana quedan eliminados pese a ganar con una exhibición en la segunda mitad

Ramon Besa

Magistral en la victoria, el Barcelona supo responder también con grandeza a la derrota, simbolizada en la eliminación copera, que no en el marcador del Sánchez Pizjuán. A los azulgrana no les alcanzó con el tanto de Xavi, después de un excelente partido, para suerte del Sevilla, vencedor por el valor doble de los goles fuera. La leyenda del Barça como equipo invencible comenzó y acabó, pues, en la Copa. Una vez coronado en Mestalla, ganó cinco finales más de una tacada y había superado diez rondas seguidas hasta que ayer fue apeado por el Sevilla, el mismo equipo que en su día borró la sonrisa al de Ronaldinho. Anoche las pasaron canutas los sevillistas ante un adversario que, por una vez, no tuvo la suerte que mereció en su día en estadios como el de Stamford Bridge o el de Abu Dabi. Le faltó el gol de Iniesta o el de Pedro o el número 100 de Messi después de un muy buen encuentro de carácter colectivo.

SEVILLA 0 - BARCELONA 1

Sevilla: Palop; Konkó, Escudé, Dragutinovic, Navarro; Navas, Duscher (Lolo, m. 58), Romaric (Cala, m. 92), Adriano (Capel, m. 64); Renato y Negredo. No utilizados: Javi Varas; Koné, José Carlos y Stankevicius.

Barcelona: Pinto; Alves (Pedro, m. 84), Piqué, Puyol, Abidal; Xavi, Busquets, Iniesta; Messi, Ibrahimovic (Bojan, m. 84) y Henry. No utilizados: Valdés; Milito, Chigrinski, Maxwell y Jonathan.

Gol: 0-1. M. 63. Xavi, desde la frontal del área, empalma un tiro a media altura y ajustado al palo.

Árbitro: Clos Gómez. Mostró la tarjeta amarilla a Duscher, Lolo, Navas, Messi, Navarro, Romaric, Henry y Piqué.

Unos 35.000 espectadores en el estadio Sánchez Pizjuán.

Al juego sublime de Iniesta replicó Palop en lo que fue el mejor resumen del choque
Los barcelonistas asumieron el traspié con la misma entereza que las victorias

A un equipo parido para atacar se supone que la defensa de los títulos siempre le será más difícil y menos romántica que su conquista. No parece ser el caso del Barça, que se marcó un partido estupendo en Sevilla con la pelota por bandera e Iniesta a la cabeza. Al juego sublime del volante azulgrana replicó el portero Palop en un resumen de una contienda muy competida. No quedaron dudas de la importancia que el Barça dio al partido desde que Guardiola cantó la alineación, seguramente la considerada titular en el imaginario del barcelonismo, a excepción del portero. Jugó Pinto y también el equipo titular que el club pondría en los posters y que exigirían los patrocinadores. No se disputaban simplemente los octavos de final de la Copa, sino que de alguna manera se cuestionaba la trayectoria del Barça, la posibilidad de que el equipo de Guardiola quedara eliminado por vez primera de un torneo. Y el técnico asumió el reto sin concesiones y sin renunciar al aura de final de la contienda. No había lugar para las medias tintas ni las rotaciones.

Al Sevilla le pareció bien la afrenta del Barça. Le incomoda tener que tomar la iniciativa y, en cambio, agradece afrontar a adversarios del calado del Barça, ejercer de cazarrecompensas. Así que planteó la vuelta como una continuación de la ida. Aunque se ha quedado sin punto y final por la ausencia de sus delanteros, el juego por las bandas de Navas y Adriano y sus transiciones vertiginosas le podían alcanzar a partir de una sobria defensa y una poderosa medular. A favor del marcador, Jiménez prefirió a Adriano en lugar de Capel para marcar mejor a un lateral como Alves. Y, ciertamente, el Sevilla fue un equipo fuerte, intimidador en la estrategia y estupendo a la hora de poner centros, sobre todo desde el flanco de Navas, extremo de carrera imparable y gran desborde. No cedió un palmo y apretó fuerte al Barça.

A los azulgrana les llevó un rato agarrarse a la cancha anegada por la lluvia. A veces se caían, la mayoría resbalaban, difícilmente se combinaban, faltos de finura en un partido desbocado, de ida y vuelta, muy copero. Hasta Pinto se columpió en un mal control que no fue gol de Navas porque el árbitro pitó falta cuando pareció un tropezón del portero. El encuentro era una preciosidad por la garra local y la ambición forastera. Los barcelonistas empezaron a jugar poco a poco, progresivamente, cada vez mejor. Les fallaba sólo el último eslabon: Alves no acababa de llegar, Henry no profundizaba e Ibrahimovic no afinaba en el tiro, siempre con Messi al acecho. La laboriosidad era tan abundante como escasas resultaban las ocasiones.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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