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Reportaje:

Bazán pide paso

A los 18 años, el gimnasta malagueño presenta sus cuatro medallas en los Europeos júniores como credencial para formar parte del equipo de Pekín

Amaya Iríbar

Con Gervasio Deferr lejos de su mejor forma y Rafa Martínez recuperándose de una espeluznante lesión en un dedo de la mano, luxación con el hueso al aire incluida, los Campeonatos de Europa de gimnasia se presentaban como un trago para el equipo español a sólo tres meses de los Juegos Olímpicos. Hasta que llegó Christian Bazán. El malagueño, 18 años recién cumplidos, los cuatro últimos en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, logró ayer cuatro medallas en los aparatos de la categoría júnior y con ellas quitó el mal sabor de boca de la actuación de los mayores -ni una final, ni siquiera la de equipos, tan lejos de los objetivos marcados- y presentó su candidatura para la cita de Pekín del próximo mes de agosto.

La gimnasia artística en Pekín 2008

Oro, plata, bronce y bronce. Anillas, suelo, salto y paralelas. Cuatro finales, cuatro medallas. Es el balance en Lausana de Bazán, un gimnasta pequeño, "muy fuerte y muy potente", según el seleccionador, Álvaro Montesinos, y, sobre todo, "muy buen competidor". Sin ser tan técnico como Martínez, el campeón europeo de 2005, ni tan completo -flojea un poco en arcos-, compite "incluso mejor porque se crece, se supera, y hace los ejercicios mejor que en el gimnasio".

Entrenado por el cubano Héctor Ramírez, más de medio siglo de gimnasia de la mejor en las venas, esas cualidades físicas le hacen destacar más aún en su categoría, en la que la mayoría de los gimnastas está saliendo de la adolescencia y aún no han desarrollado todo su potencial físico. Bazán está en su último año de júnior y era el más veterano de la competición.

Su nota de partida en el ejercicio de anillas, el que exige mayor fuerza física, refleja esa superioridad física que puede desaparecer en unos años. Sus dificultades suman 6,1 puntos, ayer sólo al alcance del portugués Simões. Al resto le saca al menos medio punto. Y eso sólo para empezar, pues desde el cambio de código que eliminó el 10,00 la nota de ejecución se suma a la de partida.

Pero, a pesar de estos últimos éxitos y de su gran progresión en el último año, en el que se ha fogueado en varias competiciones con el equipo absoluto, Bazán es todavía un gimnasta a medio hacer. Un buen gimnasta con mucho trabajo por delante. Con sus notas de ayer habría repetido finales en la máxima categoría, algo espectacular para su edad, pero no habría olido las medallas.

¿Suficiente para ir a Pekín? "Depende de él porque tiene nivel para estar", contesta Montesinos, legendaria su capacidad para dejar las emociones a un lado y escoger lo mejor para el equipo y que trabaja con un grupo de una docena de gimnastas del que a principios de julio sólo quedarán siete. "Voy a luchar con todas mis fuerzas para hacerme un hueco en el equipo", parecía replicarle el gimnasta. Si lo lograra sería más precoz que Deferr y Martínez, pero aún está lejos de sus éxitos. Bazán sueña con Pekín, pero sabe que sus Juegos son los de Londres 2012.

Christian Bazán, con las cuatro medallas (un oro, una plata y dos bronces) logradas en los Campeonatos de Europa de gimnasia.
Christian Bazán, con las cuatro medallas (un oro, una plata y dos bronces) logradas en los Campeonatos de Europa de gimnasia.AFP

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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