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Ciclismo | Campeonatos del Mundo

Bettini, en manos del juez

El Mundial empieza a ser una auténtica paranoia. Sussane Einsemann, presidenta del Comité Organizador de la prueba, trató ayer de impedir que el italiano Paolo Bettini (Cecina, 1974), vigente campeón del mundo, tome la salida pasado mañana en la prueba en ruta, y con esa intención presentó demanda ante un juzgado local para que sea el juez quien dictamine si puede correr o no. La razón: haberse negado a firmar el compromiso ético que la UCI exigió a los ciclistas para participar en el Tour y en los Juegos de Pekín.

Bettini, en vez de firmar, respondió al último requerimiento de la UCI de manera durísima, mediante una carta dirigida a McQuaid, presidente del máximo organismo ciclista internacional, en la que califica de "farsa" el contenido del llamado código ético, asegurando que se trata de "una práctica coercitiva", y reseña que los ciclistas están "ante una extorsión". Bettini también señala que las medidas de castigo que conlleva firmar ese documento son inadmisibles, por "populistas y draconianas".

En el transfondo de la penúltima polémica que afecta al Mundial subyace un tema económico: por un lado, el Ministerio de Deportes alemán ha congelado la subvención de 150.000 euros al Comité Organizador, al considerar una "vergüenza" que un ciclista tome la salida el domingo sin haberse comprometido a devolver su sueldo en caso de verse afectado por un tema de dopaje. Por otro, la cadena pública de televisión alemana, ZDF, sigue la guerra por su cuenta y mantiene su presión a la organización, bajo amenaza de no transmitir la prueba si participa Bettini, al que ayer acusó de ser el suministrador de productos dopantes de Sinkevitz.

Según ZDF, el ciclista del T-Mobile, que dio positivo en el último Tour de Francia por testosterona, habría señalado que fueron Bettini y Bramatti, sus ex compañeros en el Mapei, quienes le dieron el pasado verano las dosis de testosterona. El abogado de Sinkewitz desmintió categóricamente que su defendido hubiera acusado de camello al corredor.

A Einsemann ni siquiera le apoya McQuaid, presidente de la UCI, que ayer aseguró que los dos italianos tomarán la salida el domingo. Eisenman ha anunciado que se querellará contra la UCI si pierde el patrocinio del Ministerio y de la cadena de televisión por su participación.

Bettini, se dedicó ayer a entrenarse junto a sus compañeros, entre ellos Di Luca, a quien salpicó la intervención de los carabineri en el 2004 contra el doctor Carlo Santuccione, acusado de organizar una red de dopaje, y que ayer renunció al Mundial. Ayer a Bettini se le situó declarando ante el juez, según unas fuentes, y prestando declaración ante la fiscalía y la policía, según otras. Todo mentira. Bettini se entrenó, comió, echó la siesta y luego atendió a los periodistas en la Casa de Italia.

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