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Nuñez defiende la continuidad de Cruyff en el Barcelona, pese a la opinión de varios directivos

El partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey que el Barcelona juega hoy en el Camp Nou (21.15) con el Valencia marcará el punto de inflexión de la crisis azulgrana. Las relaciones entre la directiva y el técnico Johan Cruyff se han deteriorado hasta el extremo de que un grupo de la junta cuestiona su continuidad, pese a que la plana mayor, presidida por Josep Lluís Núñez, insiste en mantenerle hasta el final de la temporada. Las últimas declaraciones de Cruyff se inscriben en ese contexto: "Si nos clasificamos para la final, casi habremos cumplido".

Hay dirigentes que incluso se atrevieron a filtrar ayer posibles sustitutos del holandés, como Luis Aragonés, el argentino César Luis Menotti y el alemán occidental Sepp Piontek. Otros, en cambio, desmienten cualquier posibilidad de un cambio inmediato. Aragonés recibe desde septiembre llamadas de la plana mayor de la junta pidiéndole consejo y preguntándole en qué condiciones estaría dispuesto a hacerse cargo del equipo. La reiteración de esos contactos ha confirmado la difícil posición de Cruyff.Miembros del consejo directivo negaron, sin embargo, que el holandés recibiera el pasado lunes un ultimátum por acuerdo del pleno de la junta, aunque no excluyeron que el propio Núñez o el vicepresidente primero, Joan Gaspart, hayan podido comunicarle, a título personal, su decisión de sustituirle si el conjunto no reacciona en breve.

Núñez, que ha otorgado plenos poderes a Cruyff, siempre ha defendido esta tesis: "No pasaremos cuentas hasta que acabe el campeonato". Una fuente próxima a él insistió ayer en que Cruyff "es intocable hasta entonces y pase lo que pase en la Copa. El que piense en Luis o Menotti es mejor que se compre una nevera. Si perdemos, habrá que aguantarse y luchar por clasificarnos para la Copa de la UEFA. Después, ya llegará junio para evaluar el trabajo del técnico". "El problema", añadió, "es la psicosis que se ha creado por la derrota en Castellón. Pero la Liga la perdimos ya hace tres partidos".

El presidente, sin embargo, está seriamente preocupado por cómo afrontar la asamblea del próximo martes, en la que solicitará de nuevo el aumento de cuotas de los socios, cuando el equipo ha sido eliminado de la Recopa, ha perdido la Super copa y está a seis puntos del Madrid en la Liga. Núñez sólo parece dispuesto a prescindir de Cruyff si la afición se lo pide a gritos, aunque alguno de sus directivos intenta crear el ambiente ideal para esa situación con sus manifestaciones.

"Me pregunto si podemos esperar a pasar cuentas hasta el final del ejercicio", argumentó ayer un alto dirigente. "La situación es diáfana", agregó; "Cruyff es como una vela que se está quemando. La cera no es eterna. Si se acaba antes de tiempo, habrá que hacer algo para no quedarnos sin luz".

"A Cruyff le hemos aguantado todo lo que no habríamos permitido a ningún técnico", manifestó otro directivo; "el problema son las condiciones económicas. Cobra mucho dinero y finiquitar un contrato multimillonario que expira la próxima temporada es muy difícil para un club cuya tesorería está en un momento delicado".

De hablar, nada

Cruyff prefiere esperar al resultado del partido de hoy para manifestarse: "No me interesa hablar sobre la situación actual. Lo dejamos para más tarde", comenzó diciendo. Al preguntársele si el partido de hoy se presentaba con tintes de dramatismo, respondió: "Con pasar esta eliminatoria, casi habríamos cumplido".

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