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Reportaje:Un puesto más inestable que nunca

"Casillas es el portero absoluto"

Iribar cree que los guardametas tienen ahora más desgaste "aunque intervengan menos"

"El portero es el primer atacante del equipo, el que inicia el juego, el que marca la pauta... Es el mejor referente". Quien lo asegura es ni más ni menos que José Ángel Iribar (Zarautz, Guipúzcoa; 1943), ex guardameta del Athletic y de la selección española, con 614 partidos oficiales como rojiblanco y 49 con el conjunto nacional en su haber y, probablemente, el portero más indiscutible de la historia del fútbol español. Su pasión por la portería quizás tenga que ver con su vocación inalterable desde que en el primer recreo, "con unos siete años", uno de los capitanes, a la hora de elegir a los futbolistas, "a pies, monta y cabe, como se hacía entonces", dijo: "Éste, de portero, que es muy bueno". "Yo apenas había jugado. Nunca supe por qué lo tenía tan claro", recuerda. Pero se puso de portero y no abandonó su lugar hasta que una lesión de espalda y los años le retiraron en 1980.

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Hoy mira a los porteros de la misma manera, pero sabiendo que el fútbol ha cambiado: "Entonces, el portero estaba muy valorado. Más aquí que en otras comunidades, incluso que en otros países. Por ejemplo, Brasil no daba valor al portero". De su afirmación se desprende que el portero es ahora mucho más volátil en los equipos: "Sin embargo, los porteros de antes teníamos que actuar mucho más y estábamos más expuestos a los errores defensivos porque se jugaba al fútbol de otra manera, con los equipos mucho más abiertos".

No obstante, los porteros, con menos intervenciones ahora que antes, se lesionan más: "El desgaste físico es mayor. Ahora deben actuar como defensas libres y ejecutar muchos golpeos con el pie que antes no eran necesarios porque podías coger el balón con la mano en cualquier circunstancia". Quizás eso, unido a la casualidad y la abundancia de partidos (en muchos casos) expliquen el incremento de las lesiones en los porteros actuales.

El portero se ha visto ahora obligado a aumentar sus funciones. El juego con el pie se hace casi determinante. Y en eso Iribar tiene su ídolo particular: "Lo de Abbondanzieri [del Getafe e internacional argentino] es espectacular. A mí me encanta verle sacar con el pie. Es un espectáculo por su buen golpeo y su magnífica dirección. Contra nosotros, esta temporada, no falló ni un solo golpeo. En mi época había uno así, Esnaola".

El Txopo (su apodo de siempre) se defendía con los pies, pero su arte en esas jugadas era el saque con la mano. Sacaba largo y bien, impulsando la pelota con sus largos brazos en centros casi medidos: "Lo importante para un portero es la distancia y el ajuste, es decir, hacer un buen pase, sea con la mano o con el pie. Lo importante, en definitiva, es que el portero sienta el juego, que se sienta parte de él".

La reunión de todas esas virtudes tiene hoy en día un nombre propio, Casillas: "Ahora mismo es un portero absoluto. Está en el momento cumbre de su carrera. Todos tenemos uno de esos momentos. Cada cual, a su nivel. Yo lo tuve entre 1969 y 1971. Es cuando manifiestas un dominio total de la situación, cuando lo blocas o despejas todo y, si no lo despejas, se va al poste. Al final, acabas intimidando tanto al rival que tu sola presencia le hace dudar. Casillas está ahí, en ese momento".

En esos años, Iribar desesperó a futbolistas de la altura técnica del barcelonista Marcial, que llegó a dispararle casi mano a mano seis o siete veces en un partido y todas las repelió el portero rojiblanco. Marcial acabó dándole la mano. "Y eso que una vez, con el Elche, me hizo tres goles en San Mamés, lo que no me había ocurrido nunca".

Howard Kendall, cuando se hizo cargo del Athletic, en 1987, lo primero que preguntó, aún en su residencia de Liverpool, fue por los porteros de la plantilla: "Un buen equipo empieza siempre por un buen portero", advirtió. "Estoy totalmente de acuerdo con Kendall", reconoce Iribar; "yo diría más: si tienes un 1 y un 9, tienes la base de un buen equipo". "Hoy, el fútbol tira más por los 9 porque el gol se ha hecho más escaso, más dificultoso. Pero algo tienen que ver los porteros en ello", subraya.

Ex futbolista, ex entrenador, ex preparador de porteros, Iribar no ha perdido la afición al fútbol. "Si puedo ver un partido, lo veo", aunque reconoce que el fútbol actual depara una paradoja: "Por un lado, se ha hecho más físico, pero, al mismo tiempo, se busca, y muchas veces se encuentra, el más difícil todavía. Por eso sigue siendo apasionante".

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