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Reportaje:

Cóctel explosivo

La inadaptación al estilo de Scariolo y las lesiones explican el mal juego de España

En Lodz, unos 140 kilómetros al sur de Varsovia, hace un calor inusual para la época en Polonia. Los jugadores españoles, tras un viaje de dos horas y media en autocar, pululan por el hotel hasta que localizan a la víctima propiciatoria de sus ganas de juerga. Felipe Reyes, que atiende a los periodistas, aguanta estoicamente las pullas de sus compañeros. Analiza: "Vamos de menos a más. Hemos sufrido más de la cuenta, aunque hemos sabido reaccionar. Pero nos queda mucho por mejorar". Ésa es la realidad palpable de una selección, campeona del mundo y subcampeona olímpica y europea, cuyo juego en los tres primeros partidos del Eurobasket ha sido tan bajo que ha rozado la eliminación prematura.

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Unas horas después, del mismo sillón en el que se sentó Felipe se levanta Sergio Scariolo, el seleccionador, tras abordar la situación. Suspira y suelta: "Las expectativas de algunos han sido desacertadas respecto a la realidad". La expectativa es que España es favorita para el oro. La realidad, que no ha jugado bien. Perdió ante Serbia y las pasó canutas frente a Reino Unido y Eslovenia.

El objetivo de Scariolo es que el equipo, con sobrado talento ofensivo, mejore su rendimiento defensivo: "De esa forma reduciremos los daños en los momentos de juego espeso". La derrota ante Serbia fue algo más que una derrota. "Se puede perder, pero hacía años que no dábamos esa sensación de impotencia", admite un miembro del cuerpo técnico. Los jugadores y Scariolo, al día siguiente, mantuvieron una reunión como terapia de grupo. No abordaron temas técnicos, sino relacionados con su actitud y su situación anímica. El padre de Raul López llamó al base para recordarle que en 1998, cuando empezaba a fraguarse la generación de los júniors de oro, sucedió algo parecido en el Europeo de Bulgaria y lo ganaron tras otra reunión para aclarar conceptos tras perder ante Israel y vencer a Bulgaria en la prórroga.

En Varsovia, al fiasco ante Serbia, se añadieron tramos finales ante Reino Unido y Eslovenia -siete pérdidas del balón, dos canastas, 12 puntos en tiros libres y cuatro rebotes menos que el rival en el último cuarto- en que se echaron a perder ventajas de más de 14 puntos. "Pequeños baches. Encajar un 0-6 lo encajan todos los equipos. Pero hemos jugado mal y hemos encajado un 2-14. Al final, hacer las cosas sencillas y con eficacia y subir el tono defensivo nos permitió controlar esos partidos. Superar momentos tan difíciles puede darnos una herencia y entender cómo salir de situaciones tan complicadas", augura Scariolo.

El equipo ha tenido que adaptarse a jugar de manera diferente a la que acostumbraba con Rudy o Llull como tres, Ricky de base titular a sus 18 años, cuatro jugadores exteriores un día y dos pívots el otro, Pau Gasol de cuatro junto a Marc o de cinco junto a Reyes... "Hemos tenido que plantear los cambios muchas veces en función de los minutos que los médicos nos dicen que pueden estar en la cancha los jugadores y no en función de lo que conviene al equipo", dice Scariolo, que niega problemas de preparación porque, alega, las lesiones han sido fortuitas o ya existían.

En vista del panorama, el seleccionador suspendió el entrenamiento de ayer y anunció que el de hoy será muy suave. "Nueve jugadores no podían entrenarse. Sólo están bien Llull, Claver y... otro", se lamentó con una sonrisa de resignación.

Pau Gasol, en el banquillo durante el partido contra Serbia.
Pau Gasol, en el banquillo durante el partido contra Serbia.EFE

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