Corte de mangas a 70 km/h

Con tanta claridad y tan a menudo ganaba etapas al sprint Mark Cavendish en el pasado Tour, seis, que tenía tiempo y espacio para inventar formas de celebrar la victoria. Y hasta un día, para agradar a su patrocinador, una marca de móviles, simuló una llamada telefónica.

Este año el sprinter británico no ha ganado tanto, ni mucho menos, pero no ha perdido la capacidad de gesticular en las llegadas. Como ayer, en Friburgo, en la meta de la segunda etapa de la Vuelta a Romandía, donde festejó su segunda victoria del año con un vibrante corte de mangas a 70 por hora y adornado con dos dedos, dos victorias. "Se lo dedico a los periodistas que me daban por acabado y no entienden un pijo de ciclismo", dijo Cavendish, tan conocido por sus victorias como por su agresividad gestual y lingüística.

El chico de la Isla de Man, cuyo hermano Andy cumple una sentencia de seis años por tráfico de droga, achaca su mal comienzo de temporada a una infección dental provocada por una extracción y una ortodoncia estéticas que se practicó en Paraguay, de donde es su novia, en diciembre.