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Reportaje:

"Cuesta mucho la lucha contra el dopaje"

La AMA y las federaciones quieren ahorrarse los contraanálisis

Carlos Arribas

Un contraanálisis negativo libró al ciclista Joan Llaneras, pistard, de una sanción tras un positivo por EPO hace 10 años. Si uno de los deportistas españoles con más medallas olímpicas, ya retirado, sufriera el mismo problema dentro de cinco años, seguramente no tendría la oportunidad de demostrar su inocencia, pues, con el argumento de reducir costes, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha lanzado la propuesta de eliminar el derecho de los deportistas a solicitar un contraanálisis en la revisión del Código Mundial que entrará en vigor en 2015.

"Total", dijo David Howman, el director general de la AMA, "el contraanálisis casi nunca contradice al análisis. Y estamos dando más derechos a los deportistas que a los acusados por el Código Penal, a los que se condena a la cárcel con un solo análisis".

Pese a la queja de los organismos, el mayor coste recae sobre equipos y deportistas

Según Lee Oswald, el presidente de la asamblea de federaciones internacionales olímpicas de verano, la lucha contra el dopaje les cuesta unos 35 millones de euros anuales. En 2009, entre las 27 federaciones encargaron 187.029 análisis a los laboratorios, que, dijo Oswald, les cobraron una media de 580 euros por cada uno. "Cuesta mucho el antidopaje", dijo.

"Sin embargo", dice Jesús Muñoz-Guerra, director del laboratorio de Madrid, "no creo que eliminando los contraanálisis se ahorren mucho, pues apenas se solicitan. En nuestro laboratorio, en 2009, dimos 80 resultados adversos, un 1,5% de los análisis efectuados. De ellos, solo un 10% de los deportistas pidieron el contraanálisis". En Madrid, el coste de un análisis varía entre 200 y 500 euros, dependiendo de si se busca EPO, que es más caro.

"El contraanálisis da una doble garantía, jurídica y científica, al deportista y al propio laboratorio", dice Javier Martín del Burgo, el presidente de la Agencia Estatal Antidopaje (AEA), quien está a favor de mantener el contraanálisis.

Pese a las lamentaciones de Howman y Oswald, ni las federaciones ni la AMA cargan con el coste de la lucha antidopaje, que recae casi en su totalidad en los propios deportistas y en sus equipos. Así sucede, al menos, en el ciclismo, el deporte con uno de los mayores presupuestos contra el dopaje. De los seis millones de euros que, según sus cuentas, gasta la Unión Ciclista Internacional (UCI) anualmente en la lucha antidopaje -unos 13.000 análisis en 2010, 2.000 menos que en 2009-, cuatro millones los aportan los equipos -120.000 euros cada uno de Primera y la mitad los de Segunda, aunque en 2012 serán 80.000- y el resto provienen de las aportaciones de los organizadores y de los propios corredores, a los que se les practica una quita en sus premios con ese propósito.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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