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Reportaje:

Cuestión de equipo

Iniesta invita a sus compañeros a acatar la suplencia tras el lamento de Deco por jugar poco

Àngels Piñol

Cuando acabó la temporada, Frank Rijkaard, técnico del Barça, destacó la labor de tres jugadores, uno por línea, por encima del resto: el central y capitán, Carles Puyol, el delantero Leo Messi y el centrocampista Andrés Iniesta. Convertido en un jugador clave para la consecución de la Champions en París en 2006, el pequeño jugador manchego se convirtió la temporada pasada en clave en el equipo azulgrana hasta el punto de que muchos días fue titular cuando quedó descabalgada la plaza de mediocentro. Esta última figura es ahora incuestionable y el holandés intenta ser coherente: el marfileño Touré Yaya ocupa ese puesto escoltado por los dos centrocampistas de la cantera: Iniesta y Xavi. El portugués Deco avisó el martes de que si veía que no jugaba buscaría equipo y la respuesta no se ha hecho esperar. Iniesta invitó a todo el mundo a no protestar por la suplencia.

"Hay que aceptar las suplencias. Ahí se ve si un equipo es un equipo", dice el manchego

No es nada nuevo en él porque durante muchos años siempre fue el jugador número 12 y jamás se quejó. Siempre prudente y con un hilo de voz, Iniesta invitó a sus compañeros tras el entrenamiento después de vencer al Bayern de Múnich, a aceptar las decisiones del entrenador. "Los grandes equipos lo son cuando todos los jugadores van a una", afirmó cuando se le preguntó por el velado mensaje del portugués. "Tenemos una muy buena plantilla y todo el mundo puede jugar en cualquier momento y lo importante es que un día le pueda tocar a uno y a otro. Así que hay que aceptarlo porque en ese sentido se ve cuándo un equipo es equipo y cuándo no lo es".

El Barça ha jugado seis partidos esta pretemporada y en los tres que ha jugado Deco actuó las segundas partes. El portugués ha sido el único azulgrana que ha constatado que no se quedará de brazos si ve que juega poco. Todos los demás han sido una misma voz: Henry ha dicho que será Rijkaard el que decidirá -"Preguntadle al jefe", dijo en Alemania a propósito de las rotaciones- y Messi, tras marcar, en palabras de Iniesta, un "golazo" en Múnich, se expresó en parecidos términos. Ronaldinho parece intocable y cuesta verle en el banquillo y Eto'o, al menos las temporadas pasadas, nunca aceptó de buen grado las rotaciones. Ni siquiera ser sustituido en el descanso como ocurrió en agosto pasado cuando se marchó enfurecido del Camp Nou en el partido de vuelta de la final de la Supercopa ante el Espanyol. Tras el fracaso del año anterior, el cuerpo técnico tiene la intención de alinear a los jugadores en mejor forma sin dejarse arrastrar esta vez por los nombres y apellidos de los afectados y por su hipotética jerarquía.

"¿Tiene o no que jugar, por ejemplo, Giovani?", dijo un miembro del cuerpo técnico del Barça, lanzando la pregunta al aire, recordando la excelente prestación del mexicano, máximo goleador del equipo (4 goles) durante esta pretemporada. No parece que Rijkaard quiera alinear simultáneamente a los cuatro fantásticos (Ronaldinho, Henry, Eto'o y Messi). Y, como reconocen algunos directivos, "la pregunta del millón" es saber si el técnico será capaz de evitar conflictos. Abidal, el lateral francés, mientras tanto, queda alejado de ese debate y es el primero que, fuera del discurso oficial, ha realizado una comparación entre el Barça y el Madrid. "En mi país tenemos la costumbre de mirar el resultado de los rivales, y si ganamos y ellos pierden, lo tomamos en consideración", dijo. Rijkaard, seguramente, hubiera dicho que no.

Deco e Iniesta, en un partido de Liga.
Deco e Iniesta, en un partido de Liga.VICENS GIMÉNEZ

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