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JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO

Davis agranda su sueño

El patinador negro repite el oro de Turín 2006 en los 1.000 metros

En los pasados Juegos de Turín 2006, el estadounidense Shani Davis se convirtió en el primer negro que ganaba una medalla de oro olímpica en los Juegos de Invierno. Tenía 23 años y una historia particular como todos los pioneros. Davis ha repetido en Vancouver 2010 el triunfo en los 1.000 metros del patinaje de velocidad. El sueño continúa y se agranda. Como tantas conquistas de los negros estadounidenses, desde el histórico "I have a dream" de Martin Luther King, el camino de Davis ha tenido también muchas espinas, pero él se ha ganado a pulso todas las rosas.

Para darle mayor emoción a la final, Davis patinó en la última serie de parejas, cuando ya sabía lo que habían hecho todos sus rivales, menos el surcoreano Mun Joon, que lo hacía junto a él. Pero ese no era el enemigo, sino el ya campeón de 500, Mo Tae-Bum. Tras el inicial dominio holandés con dos sus tres hombres en el podio provisional, Mo y el otro estadounidense aspirante a medalla, el blanco Chad Hedrick se pusieron en cabeza. Pero Davis, como hace cuatro años, volvió a mostrar su potencia y fue el único que bajó del 1m 9s. Con 1 8,94s superó a Mo por 18 centésimas.

Firmó a la perfección el guión de ser un mejor fondista. La bala Mo pasó primero por los 200 metros, con 34 centésimas, gracias a su explosiva salida, pero ya en los 600 la ventaja bajó a 26 y desde ahí Davis le fue rebajando hasta mejorar el paso antes de entrar en la última recta.

Davis, un tipo serio y poco sonriente, que apenas exterioriza los éxitos, tapó así, por segunda vez, muchas bocas, empezando por las de la propia federación de su país y de muchos de sus compañeros. Aunque no se habla de racismo, ni se cita por diplomacia, política y hasta pudor, el patinador negro parece haber estado siempre en corral ajeno desde que empezó a destacar. En Turín ya tuvo un duro enfrentamiento por negarse a integrar el equipo de relevos. Se ha entrenado largos años en Canadá huyendo casi de quienes no le querían demasiado. Otro "Bode Miller" del patinaje. Menos díscolo, más callado, pero con problemas parecidos. Sólo su calidad, que le ha llavado también a múltiples títulos y récords mundiales, se ha acabado imponiendo.

Davis nació en Chicago y su padre le puso el nombre sacado de un diccionario de swahili. Significa un intermedio entre ligero y pesado. Justamente lo que es él, flexible y potente. Un mediofondista que también es el favorito para ganar los 1.500 metros. Ahí tiene el reto de mejorar la plata de Turín. Será la total realidad del sueño un cuarto de siglo después de que le pusieron los primeros patines. Su madre trabajaba para un abogado, que era juez de patinaje, y se empeñó en que se entrenara para llegar tan lejos como los blancos. Y lo ha conseguido.

El estadounidense, durante la carrera.
El estadounidense, durante la carrera.AP

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