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EL ZOO DEL TOUR

Dorsal 54, Tyler Farrar

El norteamericano es como un hipopótamo, pacífico en la vida pero temible en los 'sprints'

Tyler Farrar, norteamericano de 27 años del Garmin-Cervelo y ganador de la etapa de ayer del Tour de Francia. Sprinter rápido que ahora mismo no necesita muchas presentaciones, pues ayer ya él mismo con su victoria se presentó como una de las candidaturas más serias a romper la hegemonía de Cavendish en esta especialidad.

Partamos de la base de que para ser sprinter hay que estar un poco mal de la cabeza. El punto de locura es necesario y el que diga lo contrario miente. Lo digo porque conozco bien a unos cuantos, y esto es así, y es bueno que así sea. Pero no hay que confundir ese punto de locura con la temeridad, aunque algunos sean ambas cosas. Farrar no. Farrar es, digámoslo así, un hombre tranquilo. Enséñanos Tyler, please, esos tatuajes.

En el brazo derecho, escrito en lengua tibetana, una frase que viene a decir "Paz interior". Y en brazo izquierdo, escrito en pali, una de las primeras lenguas utilizadas en el budismo, una frase que significa "Felicidad para todos". Una filosofía pacifista. Si -como dice él- tendría en la vida el mismo nivel de agresividad que tengo en los últimos 10 kilómetros de una etapa, no creo yo que tendría demasiados amigos. Tyler se aplica el cuento y, como bien dice, descarga su agresividad y su tensión en su trabajo -y no lo hagas, que te comen-, pero respetando siempre a sus rivales. En su propio equipo piensan que es demasiado poco agresivo y egoísta, y que debería mejorar en ese aspecto. Pero él dice que prefiere trabajar más la autoestima que la agresividad.

Tyler, americano tranquilo que se hizo ciclista en Bélgica -donde aún reside-, y al que le picó la vena del ciclismo gracias a la afición de su padre, cuyo plan de vacaciones ideal era viajar con su familia a disfrutar del espectáculo del Tour de Francia. Circula por ahí una foto en la que se puede ver a la familia Farrar sentados en la cuneta de una carretera de montaña. Los dos hijos -Tyler el mayor, al que se le adivina una edad cercana a los 10 años- sentados junto al padre vestido de ciclista con un maillot del Banesto; supongo yo que el mismo que vestía ese año Indurain, al que fueron a animar.

¿Y que animal sería Farrar? Este lo tengo claro: un hipopótamo. Y nada tienen que ver los rasgos morfológicos, no. El hipopótamo es un animal tranquilo y pacífico, pero que cuando se defiende de una amenaza, más vale no estar muy cerca. Yo, que he viajado varias veces por Africa, siempre he oído que el hipopótamo es el animal salvaje que más muertes humanas causa al cabo del año, que más vale no cometer el error de provocarlo. Tyler ha ganado tres etapas en la Vuelta a España, dos en el Giro de Italia, y ahora una en el Tour de Francia. ¿Se puede conseguir eso siendo un hombre tranquilo? Sí, se puede, pero sacando la agresividad cuando hace falta... como un hipopótamo amenazado.

Suerte en este Tour, dorsal 54. Con lo que ya llevas ganado te puedes dar por satisfecho, pero que no sea por ambición, a ver si cae algo más.

El ciclista estadounidense Tyler Farrar, del Garmin, se proclama ganador al esprint de la tercera etapa del Tour de Francia.
El ciclista estadounidense Tyler Farrar, del Garmin, se proclama ganador al esprint de la tercera etapa del Tour de Francia.IAN LANGSDON (EFE)

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