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La gran deuda de Drogba

El delantero del Chelsea, referente dentro y fuera del campo con Costa de Marfil, afronta una de sus últimas oportunidades de alcanzar un título con la selección

Didier Drogba (Abiyán; 1978) lleva 83 partidos con la selección de Costa de Marfil, en los que ha firmado 54 goles. Ninguno de ellos le ha valido para conquistar un solo título. Nada en los casi 10 años que lleva comandando a uno de los equipos más potentes del continente africano -18º de la clasificación FIFA-, llamado a grandes logros en muchos de los torneos y frustrado siempre. A lo más que ha llegado el delantero del Chelsea en la selección es al subcampeonato en la Copa de África 2006. Pero entre tanto ha sido el mejor futbolista africano en 2006 y 2009, campeón de la Premier en dos ocasiones y otras tantas veces máximo goleador de la Liga inglesa. Laurearse en su continente es, entonces, una espina de considerable dimensión para un delantero voraz, capitán indiscutible, y alabado tanto o más por su carácter ganador (en el campo y fuera de él) que por sus goles. "No digo que sea malo, pero Drogba devora a sus competidores por el puesto, como le ha hecho a Fernando Torres", reflexionó no hace mucho el extécnico blue Carlo Ancelotti [ahora en el PSG], en una clara definición del carácter competitivo del ariete. Próximo a los 34 años, cuando ya atisba el ocaso de su vida deportiva, la final que disputará hoy ante Zambia (20.00. Eurosport) es una de sus últimas oportunidades. Y, a estas alturas, a Drogba no le vale otro subcampeonato.

El costamarfileño llega al último escalón en el que probablemente sea su mejor momento del torneo, donde ha evolucionado como un diesel. El equipo no necesitó de su mejor versión en la primera fase, de modo que con un solo gol de Drogba en el partido ante Sudán (1-0) le bastó para alcanzar los cruces con pleno de victorias. Anotó, sin embargo, dos tantos para dejar en la cuneta a Guinea Ecuatorial (3-0) en los cuartos de final. Y, aunque no firmó diana alguna en las semifinales ante Mali (1-0), estrelló un cabezazo en el poste y un tremendo zapatazo lejano en la cara del portero Diakité. A Drogba le ha alcanzdo con eso para ser ya el máximo goleador de la Copa de África, empatado a goles con otros cinco futbolistas, de los que solo dos, los zambianos Katongo y Mayuka -grandes revelaciones del torneo-, podrían arrebatarle la bota de oro de la Copa de Afríca.

Drogba no solo es una referencia en lo futbolístico, sino que también es el líder fuera del campo. Acostumbrado a la opulencia en el Chelsea, jamás ha renunciado al compromiso político con su país, desangrado por una guerra civil en la primera década del siglo. Durante la fase de clasificación para la Copa del Mundo 2006, lideró a sus compañeros en sus plegarias para poner fin al conflicto, lo que comenzó a labrarle una imagen icónica. Después, emitió una súplica pública para que los combatientes depusieran las armas. Lo que, casualidad o no, fue seguido por un alto el fuego. Por último, dio un golpe de mano que acabó con la selección nacional disputando un partido clasificatorio en Bouaké, la capital rebelde. "Es un héroe nacional. De norte a sur, de este a oeste, todos los costamarfileños estamos orgullosos de él", dijo Guillaume Soro, jefe rebelde entonces, presidente de Costa de Marfil de 2007 a 2010, y nuevamente primer ministro desde abril de 2011. Elevado al estatus de deidad en su país, la revista Time le incluyó en 2010 entre las 100 personalidades más influyentes del mundo.

El carácter tozudo le ha valido para lidiar con los zagueros del fútbol inglés hasta convertirse en el sexto máximo goleador de la historia del Chelsea (a dos tantos del centenar en la Premier; 31 en Liga de Campeones), pero no se ha plasmado en éxitos con la selección. Un gol marcó en las dos últimas ediciones de la Copa del Mundo, de las que Costa de Marfil se despidió a las primeras de cambio, y seco se quedó en la derrota ante Argelia en cuartos de final de la Copa de África 2010, en las semifinales ante Egipto en 2008 (4-1) y en la derrota por penaltis también ante Egipto en la final de 2006, quizá el recuerdo más doloroso porque marró su lanzamiento. Ahora Drogba tiene su oportunidad.

Drogba sale de un regate en el partido ante Mali.
Drogba sale de un regate en el partido ante Mali.PIUS UTOMI EKPEI (AFP)

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