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Crónica:Balonmano | Mundial de Alemania
Crónica
Texto informativo con interpretación

España choca contra la barrera danesa

El cuadro de Pastor, mal en el tiro exterior y con Uríos desaparecido, sufre su primera derrota

España sufrió ayer su primera derrota en el Mundial de Alemania y queda a expensas de ganar dos puntos en sus dos últimos partidos para asegurarse su pase a los cuartos de final. Perder ante Dinamarca fue una pésima noticia, no sólo por el golpe moral que supuso, sino básicamente porque España no consiguió resolver los problemas en el ataque y evidenció que frente a defensas de altura y cerradas va a tener serias dificultades. A la selección pueden entrarle ahora las prisas, porque necesita imperiosamente una victoria mañana contra Hungría y evitarse así jugárselo todo a una carta ante el poderoso equipo de Croacia el domingo.

A España le costó romper la sólida defensa danesa, que se cerró en 6-0 situando tres torres inamovibles, Jorgesen, Boldsen y Knudsen, en el centro. Las posibilidades de jugar con el pivote fueron siempre escasas, porque Uríos chocó no sólo con la estatura de sus rivales, sino también con su dureza defensiva. No podía ni moverse y cuando lo hacía sufría agarrones, golpes y algo más que todos los impedimentos habituales. Por eso, tanto a Iker Romero, primero, como a Chema Rodríguez, después, los dos centrales que utilizó Pastor, les costó encontrar la llave de aquella auténtica fortaleza.

ESPAÑA 23 - DINAMARCA 27

España: Hombrados (Barrufet); A. Entrerríos (5), Uríos (2), Garralda, Roberto (1), Juanín (2 de penalti) e Iker Romero (4, 1 de p.) -equipo inicial-; Garabaya (1), Belaustegui (1), Lozano (1), Juancho (1), Davis (4) y Rodríguez (2).

Dinamarca: Hvidt (Henriksen); Jorgesen (2), Christiansen (7), Knudsen (2), Oechsler (2), Boldsen (5) y Lindberg (2) -equipo inicial-; Jakobsen, Boesen (1), Jensen (5), Rasmussen y Noddesbo.

Árbitros: Bord y Buy, de Francia. Descalificaron a Boldsen, por triple exclusión, a cinco minutos del final.

Marcador cada cinco minutos: 2-3, 4-3, 5-6, 6-8, 9-12, 11-15 (descanso). 14-16, 16-18, 18-23, 21-25, 23-27 y 23-27.

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La consecuencia de todo ello fue que España cometió múltiples pérdidas de balón en el ataque. No era normal que Chema presentara una estadística con una falta de ataque y tres errores de pase al final de la primera parte, o que Iker Romero hubiera marcado solamente un gol y perdido cuatro balones. Pastor movió todas las piezas, buscó soluciones, colocó a Iker en el centro, hizo entrar a Chema Rodríguez, buscando el uno contra uno, y dio paso a los dos laterales capaces de lanzar a distancia: Lozano y Belaustegui. Pero nada le funcionó. El tiro exterior no apareció por ninguna parte. A todo ello se unía, además, la efectividad del portero Hvidt -que juega en el Portland-, que conoce a la perfección a todos los lanzadores españoles y logra intuir sus disparos.

Eran demasiadas circunstancias adversas como para poder salvar el partido. Pero, aunque tampoco se jugó a un gran nivel en defensa, lo que realmente condenó ayer a España fue su ataque. Porque las constantes pérdidas de balón abrieron canales para el contraataque que los daneses, sobre todo en la segunda parte, resolvieron a la perfección gracias a la velocidad de su extremo Christiansen. Sólo hubo un momento en el que la solidez defensiva danesa pareció resquebrajarse. Fue la consecuencia de varias exclusiones consecutivas y del cansancio acumulado. Entonces, España parecía haber encontrado la llave y se acercó hasta un solo gol (17-18, a los 41 minutos).

Fue un espejismo. Los problemas del ataque volvieron a condenarles y ni siquiera valió que Hombrados parara como un poseso. "Ha sido un toque de atención y es mejor que nos llegue ahora que más adelante", comentó Juan Carlos Pastor. "El ataque no ha funcionado y hay que trabajar más los aspectos ofensivos", concluyó.

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