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España prefiere competir

Culminado su proceso de consolidación como equipo de referencia, la selección se muestra indolente en los partidos amistosos, en los que remata cada vez menos

Hubo una época en que la selección española sufrió la competición. La padeció tanto en ciclos de clasificación como en fases finales. Camacho lo alertó antes del Mundial de 2002, aludiendo a los detalles que deciden, por astucia o por oficio, al vencedor en los grandes torneos: "Tenemos que aprender a jugar al otro fútbol". La conquista de la Eurocopa de 2008, y, sobre todo, la obtención de la Copa del Mundo en 2010, despojó a los jugadores de las viejas aprehensiones. Ahora a España se le invirtieron los hábitos: sufre cuando no compite.

El equipo que dirige Vicente del Bosque jugó 26 partidos entre la Eurocopa de Austria y el Mundial de Sudáfrica. Ganó 25 y perdió uno. Desde el Mundial, ha disputado 17 encuentros a lo largo de una trayectoria notablemente más desigual: 12 victorias, un empate y cuatro derrotas. La diferencia se aprecia entre los partidos de competición, clasificatorios para la Eurocopa de 2012, y los amistosos internacionales. La selección ha ganado todos sus partidos con puntos en disputa. En los nueve encuentros restantes, amistosos de carácter publicitario, ha exhibido problemas: en la agónica victoria frente a Chile y en las derrotas contra Argentina (4-1), Portugal (4-0), Italia (2-1) e Inglaterra (1-0).

Los tropiezos parecen más relacionados con la falta de estímulos que con carencias futbolísticas. España se mostró más consistente mientras consolidaba su estilo y su plantilla, entre 2008 y 2010, que ahora que ya ha resuelto las principales incógnitas internas. Los jugadores, atentos a batir récords personales y establecer ciclos históricos, están más pendientes de encadenar el tercer título consecutivo que de demostrar su valía en partidos de exhibición. La organización de estos encuentros tampoco ayuda. Entre 2008 y el Mundial de Sudáfrica la selección no hizo ni un solo viaje transatlántico. Las ofertas económicas asociadas a su condición de campeón mundial, han llevado a La Roja a cruzar cuatro veces el océano para jugar en América. Los fisiólogos coinciden en señalar que este periplo es causante de alteraciones que el organismo tarda una semana en procesar. En el verano de 2010, la selección viajó a México, en el invierno de ese año a Argentina, luego a Estados Unidos y Venezuela en la pasada primavera, y este fin de semana a Costa Rica.

Frente a Inglaterra en Wembley la selección incurrió en las rutinas de los equipos que dan señales de aburrimiento: pocos movimientos sin balón durante las posesiones, menos regates y una frecuencia inusual de remates a portería. Los jugadores españoles se refugiaron en el pase y postergaron las maniobras que hacen del toque un instrumento verdaderamente dañino para el rival. Si el comportamiento de la selección se puede calificar de extraordinario fue por la falta de disparos contra la portería de Hart: un tiro (Silva) entre los tres palos y otro (Villa) al poste.

España no remataba menos entre los tres palos desde 2006, cuando el equipo que dirigía Luis Aragonés se esforzaba por salir de una crisis de identidad que acabó por dejar fuera de la lista a Raúl. Entonces, la selección atravesó una depresión. Sus problemas actuales derivan de la opulencia.

España remató más entre los tres palos en la Eurocopa de 2008 (7,5 por partido) que en el Mundial de 2010 (cinco por encuentro), quizá porque los contrarios, prevenidos, desistieron de disputarle el balón. En las derrotas que ha sufrido desde 2009 se advierte un declive en su capacidad de llegada al gol. Contra Estados Unidos en la Copa Confederaciones cayó (2-0) después de tirar ocho veces a puerta; contra Suiza en la Copa del Mundo perdió (1-0) a pesar de disparar seis veces entre los tres palos; contra Portugal perdió por goleada (4-0) y tiró tres veces; contra Argentina (4-1) hizo cinco remates; y contra Italia (2-1), este verano, exigió a Buffon en cuatro ocasiones.

La tendencia refleja, en parte, el estado anímico de unos futbolistas que han compuesto uno de los equipos más sublimes de todos los tiempos. Mientras se dosifican para la próxima Eurocopa ocurren cosas llamativas. El portero Joe Hart, que se colocó bien y paró el único tiro, debió ser el más sorprendido.

Villa lamenta una ocasión fallada durante el partido amistoso ante Inglaterra.
Villa lamenta una ocasión fallada durante el partido amistoso ante Inglaterra.EFE

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