"Estaba obsesionado con hacer más goles"

"¡A ver señores! ¿Le hacen falta cinco o cuatro goles a Janko? Vos me dices cuatro, el otro me viene con cinco... ¡Muchachos, decídanse! ¿Cinco o cuatro?". Radiante en las catacumbas del Calderón, Diego Forlán (Montevideo, Uruguay; 30 años) el pichichi pregunta los goles que el delantero del Salzburgo (39 goles, 58,5 puntos) necesita para arrebatarle el Bota de Oro. Finalmente, los 32 goles (64 puntos) del Cachabacha le convierten de nuevo en el matador de Europa, como en la temporada 2004-05, la de su estreno en el Villarreal. "Es una satisfacción disfrutar del reconocimiento, de un momento así, no como el autor de Los hombres que no amaban a las mujeres. Murió de un infarto nada más acabar su trilogía, eso sí que es mala suerte", dice el pistolero uruguayo con el libro de Stieg Larsson en el regazo. En la mochila carga una figura suya tallada en madera que le acaba de regalar una peña.

"Abel me dijo que bajara a por el balón. He aprovechado estar en la segunda línea"

"No tengo ninguna necesidad de dejar el Atlético. Si viene algo, se estudiará"

Pregunta. Samuel Eto'o va a soñar con usted.

Respuesta. ¡Nooo! Aunque me tocó ganarle otra vez, jugando un mano a mano con él, es un delantero grandioso. Se dio así, pero Samuel ha tenido un año increíble con el Barça, haciendo muchísimos goles en todas las competiciones que ha jugado... Se llevó tres títulos, yo he peleado para meter a mi equipo en la Liga de Campeones, que es una linda satisfacción después de los malos tragos que hemos pasado. Quedar por encima de Eto'o, de Villa, de Messi, engrandece el premio que he conseguido.

P. Se le veía muy tenso, y eso que Eto'o ya dio el pichichi por perdido después de perder con Osasuna. Hasta le felicitó por adelantado.

R. No sé lo que le pasaría por la cabeza, pero lo que yo tenía claro es que debía mantener mi respeto a todos los delanteros que estaban en la pelea. No son unos cualesquiera: Eto'o le marcó al Deportivo y Villa también mojó contra el Athletic. Tenía que tener mucho cuidado, a fin de cuentas me podía pasar lo que a Eto'o, que él me cazara a mí en el sprint final como hice yo con él en las últimas fechas de 2005. Tenía que procurar estar tranquilo y centrarme en el Almería, pero me costó.

P. ¿Qué trofeos saben mejor? ¿Éstos o los del Villarreal?

R. Los de ahora. Ganarlos por segunda vez me dejó un mejor sabor de boca. Los he disfrutado un poquito más, los primeros me llegaron un poco de repente. Además, esta Bota de Oro no la tengo que compartir con Henry, la cantidad de goles que hice fue mayor. Demuestra que lo de 2005 no fue casual.

P. ¿Se imaginaba una cantidad de goles así en septiembre?

R. ¡No! ¡En absoluto! Empecé bien la Liga y me dio mucha bronca cuando me lesioné en Eindhoven, en el primer partido de la liguilla de la Champions. Ahí me dio un bajón, tú mismo me viste medio llorando de la rabia, de la frustración, porque me encontraba finísimo.

P. ¿Con qué cifra se hubiera satisfecho entonces?

R. Siempre que pases del número 20 es buenísimo. Mirá, no todos los días vas a estar haciendo goles. No es nada fácil. Pero lo hice. Increíble. Y eso que contra el Almería estaba muy cansado, no sé si por lo que nos jugábamos. Las piernas no me daban para más. Quise picar un par de veces el balón y no pude. Ya recuperaré fuerzas zampándome un asado.

P. Estas últimas semanas estaba superconcentrado, distante, no quería hablar con nadie.

R. Me aguantaron bien en casa, lo que quería era descansar y olvidarme. Aunque decía que no, estaba superpendiente, obsesionado con hacer más goles. No quería perder la oportunidad de ganar mi segundo pichichi, y menos perderlo en el último partido. Después de tantos esfuerzos, de haber pasado los números de Eto'o en la penúltima jornada gracias a mis tres goles en San Mamés...

P. ¿Que le dice su padre, es mejor ser pichichi dos veces o ganar la Intercontinental?

R. ¡También ganó una Libertadores con Peñarol en 1966! Bueno, son cosas distintas, pero ya tengo algo con lo que poder bromear con él. Cuando me hable de sus buenos tiempos yo también podré hacerlo de los míos.

P. Gracias a él es ambidiestro.

R. Se lo agradeceré siempre. No hay ningún misterio en mi actuación, desde chiquito le estuve dando a la pelota contra un muro. Con la izquierda, con la derecha, el objetivo era no tener una pata de palo.

P. El Kun dice que todo lo que toca se convierte en gol.

R.

El canijo me quiere mucho, lo mismo que los demás compañeros. Pero no soy el rey Midas. El pichichi y la Bota de Oro reconocen el trabajo de todo el equipo. Yo podría marcar algún gol por mi cuenta, ¿pero 32? De ninguna manera. No soy imprescindible.

P. ¿Es casual que 20 de los 32 goles los ha conseguido con Abel en el banquillo?

R. Me pidió que debía bajar más a por el balón, sacrificarme en la presión, porque así los defensas quedaban más protegidos y habría un equilibrio mayor en el centro del campo. He aprovechado estar en la segunda línea.

P. Desatado en España, ¿por qué no triunfó en la Premier?

R. La competencia era dura en el Manchester. Estaban Van Nistelrooy, York, Cole, Giggs, Soljskaer... No jugaba seguido, sólo 10 minutos. Por eso me fui al Villarreal. Entonces no era el club de ahora, tan respetado dentro y fuera de España. Saliendo del United bajaba un peldaño, era dar un paso hacia atrás para intentar dar dos hacia delante, pero quería estabilidad, continuidad. El desafío me salió muy bien.

P. ¿Habría marcado tantos goles si no le hubiesen reservado en la vuelta de octavos de la Champions en Oporto?

R. Fue la primera vez que Abel me dio descanso, en los seis partidos anteriores con él había sido titular. El míster ha hecho un trabajo muy meritorio.

P. ¿Seguirá la temporada que viene de rojiblanco?

R. No tengo ninguna necesidad de dejar el Atlético, no hay que especular ni pensar en nada. Estoy muy contento acá. Si viene algo, se estudiará.