_
_
_
_
_
VUELTA 95

Explosión Olano

Jalabert mantiene su liderato después de que el guipuzcoano se cayera en la contrareloj

Carlos Arribas

Olano está fino, se ha quedado sin culo, tiene la cara chupada; Olano está para arrasar. Olano es papaíto piernas largas, el corredor ideal para las kilométricas rectas salmantinas. El cuartel del Mapei es el reino de la euforia por la mañana. Por la tarde, Ola no arrasa. "Sí, he arrasado hasta el suelo", que dice el guipuzcoano. Olano, otro de los reyes de la caída, se traga una piedra, su tu bular delantero revienta, sin dar se cuenta se ve entre unos mato jos, con la vestimenta desgarrada y el brazo sangrando. Iba camino de reventar la Vuelta y 30 segundos después -tubular nuevo, sangre heladora- reanuda la marcha, poco a poco para no su frir un sofocón que le hinche las piernas y le deje para, el arrastre -experiencia enseña-, y termina simplemente ganando la con trarreloj. El liderato, a tiro de piedra, pero por seis segundos en poder de un increíble Laurent Jalabert, que, en un circuito de pura potencia y poco adaptado a sus condiciones, sólo cedió 23 se gundos, y que, de todas formas, se beneficia de los 39 segundos capturados en bonificaciónes, 30 más que el guipuzcoano.No sólo Olano dio con sus huesos en el suelo. Otro reventón -éste más peligroso, a sólo 1,5 kilómetros de la meta, cuesta, abajo y a 75 kilómetros por hora- provocó la caída de Bjarne Riis y rompió el potencial mano a mano con Olano. Por, un día, el damnificado oficial, el equipo ONCE, fue el beneficia rio de desgracias ajenas. Jalabert, por ejemplo, mantiene el liderato, único y gran objetivo del conjunto dé Manolo Saiz para el día de Salamanca, visto lo visto -diarreas, caídas y demás lindezas- la víspera camino de Zamora. Los llanos y solitarios 41 kilómetros alrededor de Sala manca fueron todo un catálogo de heroicidades. Si Olano fue el héroe victorioso, Riis el desgraciado y Jalabert el afortunado,. Alex Zülle fue el valiente. Nadie daba un chavo por el corredor suizo: Zülle durmió mal, entre retortijones y dolores de espalda -"estoy como si me hubiera pasado por encima un camión" fue su frase favorita-, pero se despertó a tiempo. Las bazas de la Vuelta siguen estando en manos de Manolo Saiz. Eso lo acepta el director del ONCE para gran satisfacción de su colega del Mapei, Juan Fernández. El técnico cántabro ticne para jugar a la larga -Zülle y una progresión milagrosa-, a la corta -Jalabert, recolector de bonificaciones, por encima de todo- y a la intermedia-Mauri y Bruyneel-.

Más información
Respondieron las tripas

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_