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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ferrer obliga a Nadal a defenderse

El mallorquín gana su séptimo título seguido en el Principado ante el agresivo alicantino

Por una vez, el fondo se impuso a las formas. A los 24 años, Rafael Nadal, que batió por 6-4 y 7-5 a David Ferrer, ganó su séptimo título consecutivo de Montecarlo, igualó al sueco Bjorn Borg y a Manuel Orantes en títulos sobre arcilla (30) y aumentó su récord de títulos masters hasta los 19. Fue un ejercicio de derechas brutales y camisetas empapadas. Un encuentro decidido por la vía del sufrimiento que coronó una racha probablemente irrepetible. El mallorquín, sin embargo, venció renunciando a algunas de sus señas de identidad. Jugó, según las estadísticas, el 90% de los puntos por detrás de la línea de fondo frente al 75% de Ferrer. Por momentos, empujado por los tiros del rival, acabó aculado contra la valla. Solo cuando bajó el nivel de agresividad del alicantino, que tuvo siete bolas de break, respiró tranquilo.

El número uno, aculado, jugó el 90% de los peloteos detrás de la línea de fondo

Nadal no fue el almirante de 2010, tenista instalado sobre el puente de mando para dirigir el juego repartiendo pelotazos con los pies clavados sobre la tiza. Solo su inacabable arsenal y su resistencia a cualquier contratiempo, incluido el de la ventaja perdida en la segunda manga (6-4 y 4-4), explican su victoria sobre un adversario fiero, pero abandonado por su paupérrimo servicio (51% de primeros saques, 31% en la manga inicial). El número uno mundial ganó desde detrás de la línea, defendiéndose con frecuencia, cuando habría querido hacerlo sobre ella, atacando.

"Espero que esta victoria me ayude mucho con la confianza", dijo; "estoy un poco más nervioso de lo normal, jugando un poco más defensivo de lo que debo. Espero jugar mucho más agresivo".

Así se vive la víspera de la final. Nadal se concentra en su habitación para ver el Madrid-Barça. Al poco, escucha cómo alguien llama a su puerta. Ferrer, desoyendo la recomendación de cualquier libro de psicología, se presenta a ver el partido con él, que, además de su amigo, es su rival. Para entonces, el manacorense ha tenido que apurar las tres mangas en las semifinales ante el británico Andy Murray (6-4, 2-6 y 6-1). Eso le lleva a analizar al detalle su juego con los suyos.

"Solo después del 5-1", dijo, "jugué como me gusta. Ahí cambié direcciones y jugué bien con la derecha, más largo, más cerca de las líneas. Eso es lo que necesito hacer si quiero tener opciones durante la temporada de tierra batida. Si no lo hago, seré competitivo, por supuesto, podré ganar..., pero tendré muchos partidos durísimos. Ahora, todo el mundo está fuerte físicamente, pero quizá la mente afecte más al juego que el físico". Fue una radiografía de la final: sin encontrar siempre la profundidad deseada y a través de numerosas dificultades, incluido un 0-40 que no impidió el 4-2 en la primera manga, Nadal, que siempre tuvo en la cabeza su mejor virtud, prevaleció. Ferrer, fantástico cuando el marcador no le apretaba, entregó la cuchara con dos errores en el 5-5, que dejó a su contrincante sacando por un título, el séptimo en Montecarlo, que sabe distinto que el sexto.

En 2010, espoleado por 11 meses sin trofeos, Nadal solo perdió 14 juegos en los cinco partidos que le dieron la corona. En 2011, 34. De aquella placida primavera se ha pasado a los pequeños sobresaltos. En las semifinales, estuvo 2h 58m en la pista. En la final, que vivió dos parciales como dos castigos, 2h 16m. El resultado fue el mismo en las dos ocasiones. No así las formas, más cortos los tiros, más apagadas las piernas, tras una gira de cemento que le vio disputar y perder dos finales (Indian Wells y Miami). A estas alturas de curso, con solo cuatro meses descontados, Nadal ya ha jugado 28 partidos, más incluso que el invicto Novak Djokovic (24). Ni siquiera el ogro de la arcilla es insensible a ese desgaste. Deshidratado en la final de Miami, Nadal acabó cansado en el Principado.

"Pero Rafa", discrepó Ferrer, "es increíble en esta superficie. Casi no se le puede desbordar. Está en todos los sitios al mismo tiempo. Puede perder, claro. No es una máquina... Pero para ganarle hay que ser muy fuerte".

Nadal disputa desde este miércoles el torneo de Barcelona. Luego llegarán los de Madrid, Roma y Roland Garros. Un reto mayúsculo y maratoniano para las piernas del número uno. Un desafío a la altura del mejor sobre tierra.TENIS

Final del Masters de Montecarlo

Rafael Nadal celebra la victoria.
Rafael Nadal celebra la victoria.OLIVIER ANRIGO (REUTERS)

Los récords de Nadal

- 19 'masters'. El español tiene más trofeos de la categoría que nadie. Le siguen el estadounidense Agassi y el suizo Federer, ambos con 17.

- 30 títulos sobre tierra.

Igualó la marca del sueco Borg y de Orantes y ya solo está por detrás del austriaco Muster (40) y del argentino Vilas (45).

- Siete triunfos seguidos en Montecarlo. Nadie había ganado siete veces consecutivas un torneo.

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