Festival de Nowitzki y los Mavericks

Dallas dispone de dos ocasiones para lograr el anillo gracias a que, en el partido con juego más ofensivo de la final, desarboló a Miami y venció por 112-103. El problema para los Mavericks es que la serie regresa a Miami y será allí donde tendrá que ganar si pretende alcanzar el primer título de su historia.

Nowitzki y los suyos han conseguido lo que muy pocos vaticinaban: ponerse por delante en un duelo en el que siempre habían ido a remolque. El quinto partido fue el más agradecido y refrescante para Dallas y para el espectáculo porque ambos equipos lograron un ritmo de juego altísimo y un acierto ofensivo sobresaliente.

Contratiempo de Wade

Miami sufrió un serio problema porque tuvo que prescindir durante bastantes minutos del tercer cuarto de Dwyane Wade, que sufrió un encontronazo con Cardinal. Wade regresó hacia el final de ese cuarto, una vez le administraron un calmante para soportar el dolor.

LeBron James cuajó un buen partido en líneas generales, mucho mejor que el anterior en el que sumó solo 8 puntos, pero a pesar de que acabó con un triple doble, con 17 puntos, 10 rebotes y otras tantas asistencias, su actuación en el último cuarto volvió a dejar que desear: solo anotó dos puntos en sus cuatro lanzamientos. Poco después de que un triple de Wade adelantara a su equipo con un 95-99 a falta de cuatro minutos y medio, LeBron falló un tiro de dos, un triple y cometió una falta en ataque.

Terry, letal

Los Mavericks, una vez que lograron ajustar una defensa que permitió que Haslem anotara solo bajo el aro hasta cuatro veces seguidas tras recibir asistencias de LeBron y Wade, volvieron a hacerse con el mando. Terry fue letal para la defensa de los Heat. Con un triple empató a 100, y con otro dejó visto para sentencia: 108-103. Entre medias, Kidd había anotado tiro de tres y los Heat se quedaron sin respuesta.

Dallas salió ganando con el estilo de juego que se planteó porque, por primera vez en la serie, fue el que llevó la iniciativa en el marcador y mantuvo unos porcentajes excepcionales, con un 68% en triples fruto de sus 13 dianas en 19 intentos. Eso, además, de un buen rendimiento también en los triso de dos, con un 56%. Nowitzki, Barea, Terry y hasta Kidd y Chandler se encontraron mucho más cómodos que en los partidos anteriores en los que el juego fue mucho más cerrado, con menos espacios.

Casi todos los Mavericks lanzaron y anotaron con continuidad y acierto. Nowitzki sumó 29 puntos, Terry 21, Barea 17, Chandler y Kidd 13 cada uno. Barea revolucionó el juego en la segunda parte y Miami sufrió muchísimo con el ritmo de juego que se planteó y perdió 11 balones más de los que recuperó. Poco importó que dominara en el rebote, con diez capturas más, dado el excepcional de los Mavericks.