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Futbolista con bandera

Michu, que el año pasado rechazó una oferta del Sporting por su simpatía al Oviedo, llega a Primera en las filas del Rayo

Michu (Oviedo; 1986) lo tiene claro: "El sueño de cualquier futbolista es jugar en Primera. El que diga lo contrario, engaña". Por eso, está encantado de haber fichado por el Rayo, club al que llega libre tras acabar contrato con el Celta. En Vallecas, tendrá la oportunidad de debutar en la élite. "Mi objetivo es disfrutar el máximo", asegura el centrocampista. Pero Michu ya tuvo la oportunidad de alcanzar la Primera División en enero del año pasado, cuando el Sporting intentó ficharlo. Todas las partes estaban de acuerdo para el traspaso: el equipo asturiano porque su entrenador, Manuel Preciado, veía en él al sustituto perfecto para Míchel, que se había ido al Birmingham. Y el Celta, que veía la posibilidad de hacer caja. Cuando solo quedaba su firma, Michu se echó atrás. Su pasado en el Oviedo, equipo del que siempre se ha declarado seguidor, y la reacción de algunos seguidores del club azul, indignados ante la posibilidad de verle vistiendo los colores rojiblancos del rival, pesaron más que jugar en la élite.

La polémica que se generó por el posible fichaje de Michu fue tal que los ultras del Sporting llegaron a publicar un comunicado en el que se mostraban en contra de su fichaje debido a su pasado en el Oviedo. "Era una oferta muy buena y se le multiplicaba el sueldo. Pero desde pequeño ha tenido unas ideas, un sentimiento hacia el Oviedo y, además, la afición parece que le aconsejaba que no firmara por el Sporting. Lo pasó mal porque no quería traicionar a sus colores", explica Roberto Trashorras, amigo de Michu que también ha fichado por el Rayo procedente del Celta. El futbolista asturiano, por su parte, prefiere olvidar todo aquello, aunque no puede evitar sonreír cuando se le pregunta por ello. "Aquello está pasado. Es cierto que tuve la opción de ir al Sporting, pero ahora solo quiero centrarme en hacer una buena temporada con el Rayo", zanja. Es consciente de que, si repite sus actuaciones de la temporada pasada en las filas de Celta, será un jugador importante en el retorno del equipo madrileño a Primera. Michu marcó siete goles en 33 partidos, uno de ellos el que dio la victoria al equipo gallego en la ida de los play-offs frente al Granada. Se convirtió en un héroe en Vigo, pero unos días después, en la tanda de penaltis del partido de vuelta, su popularidad cayó en picado porque falló el lanzamiento que hubiese metido al Celta en la final de la promoción. "Es lo que tiene el fútbol. Pasas de héroe a villano en tres días. Me queda un mal sabor de boca porque aquel fue el último balón que toqué como futbolista del Celta. Lo siento muchísimo por mis compañeros", reconoce.

Llevaba en Vigo desde que el equipo celeste le fichó procedente del Oviedo, en 2007, y, en este tiempo, le ha dado tiempo a encariñarse del equipo y de la ciudad. "Dejo muchos amigos, recuerdos e incluso una casa allí", explica. Algunos de esos compañeros seguirán a su lado en Vallecas. Es el caso de Pedro Botelho y de Jordi Figueras, con los que compartió vestuario en el Celta y que también han fichado por el Rayo. "El año pasado fue uno de los mejores jugadores de la categoría. Es un centrocampista con una llegada muy fuerte y potente. Para los defensas, eso es muy difícil de parar", explica Jordi. También sus antiguos compañeros guardan un buen recuerdo suyo: "Tiene mucha llegada y maneja el juego aéreo. El Rayo se lleva un buen fichaje. Se le va a echar de menos en el vestuario del Celta", aclara Trashorras. En Vallecas ya le han acogido con los brazos abiertos. Y eso, a los del Oviedo, no les importa.

Michu, en su presentación.
Michu, en su presentación.EFE

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