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FINAL DE LA COPA DEL REY

La gran noche del Atlético de Madrid

Alex Martínez Roig

Gozada más grande no volverá a vivir Jesús Gil. Sentado en el palco de la casa del enemigo escuchó como desde las gradas del Bernabéu, teñidas de rojiblanco, se elevaba al cielo, en un enorme clamor, su particular (y discutible) filosofía de la vida. "¡Y tal, y tal y tal y tal ... !", gritaban los atléticos. Y a Gil sólo le faltaba saltar al centro del campo a dirigir el coro. Fue la gran noche del Atlético. La gran noche del gilismo El primer título desde que hace cuatro años Gil entró en la presidencia del Atlético, y en el fútbol español, como un elefante en una cristalería. Los que no creen en el discurso populista de Gil deben ir tomando nota: hasta ahora, el ytalismo se quedaba en folclore Ahora, en apenas un mes, se ha visto que puede ganar tanto en la política (alcaldía de Marbella) como en el fútbol (2º en la Liga y campeón de Copa).Y eso que el primer título de la era Gil se hizo esperar. El Mallorca defendió su opción muy dignamente, y sólo un pequeño error de Ezaki, muy avanzada la prórroga, le impidió llegar a una lotería de penaltis que el Atlético debía afrontar con su portero Mejías disminuido por una contractura muscular. Pero la historia pasó de largo para el Mallorca, que perdió la oportunidad de estrenar su sala de trofeos des pues de 75 años de modestas vivencias.La sorpresa del partido estuvo en el buen hacer mallorquinista. El equipo no salió acompleja do por el acontecimiento histórico, e incluso se permitió llevar la iniciativa. Su técnico, Serra Ferrer, eclipsó a Schuster y a Futre con los marcajes de Soler y Serer, y el centro del campo isleño, con el ya barcelonista Nadal sobresaliendo por su clase, asfixió al atlético con una presión agobiante sobre el balón. El problema del Mallorca era que no tenía imaginación en los últimos 20 metros porque hasta ahí funcionaba muy bien. El Atlético no encontró espacios, y Futre se pasó los primeros 45 minutos levantando los brazos y pidiendo balones a sus compañeros.El primer tiro de] Atlético entre los tres palos no llegó hasta el minuto 65, en un remate de Toni El Mallorca ya notaba el tremendo esfuerzo de la primera parte, y además apareció en la cancha el hombre clave del partido: Alfredo.

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El joven jugador atlético es rápido, pero aún lo es más cuan do sus rivales están cansados Desde la banda izquierda desbordó una y otra vez a Pedraza. Cogía el balón, echaba un ligero vistazo al carril, y se lanzaba a toda velocidad como si le persiguiera Ben Johnson. Con él, y con un adelantamiento generalizado de las líneas, el Atlético comenzó a robar balones con rapidez y a encerrar al Mallorca en su área. Un tiro suyo (m. 8 l), otro de Manolo (m. 86) y un tercero de Sabas (m. 89) -que sustituyó a un Futre apagado y que acabó lesionado- aceleraron el ritmo cardiaco de los mallorquinistas, que ya sólo parecían en la prórroga y en los penaltis.La prórroga fue el premio de consolación del Mallorca. Pero el triste sino de los modestos es la derrota. Pocas veces la historia se apiada de ellos. Con Alvaro y Claudio como hombres de refresco, el Mallorca buscó con más ahínco la puerta contraria, aunque sólo se acercó al gol cuando ya iba perdiendo, en un cabezazo muy ajustado de Nadal. El Atlético aguantaba bien atrás, pero el mal partido de Schuster y Vizcaíno impedía que su superior calidad se concretase en gol.

La final se decidió de una forma inesperada, cuando los penaltis ya parecían ineludibles. El gol de Alfredo dio el pistoletazo de salida a una euforia retenida durante muchos años. Los miles de sufridos seguidores atléticos estallaron al grito de ¡campeones! ¡campeones!" que tantos años llevaban queriendo cantar. Jesús Gil se desmelenó y se superó a sí mismo: acabó bañándose en la piscina del vestuario del Real Madrid, lanzado por sus jugadores. Todos juntos, jugadores, presidente y aficionados, se marcharon a la plaza de Neptuno a seguir la Fiesta, borrachos de alegría. Por una vez, la noche madrileña fue rojiblanca.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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