_
_
_
_
_

"Gastaré las pocas fuerzas que me quedan"

Sastre, dispuesto a aprovechar la subida al Vesubio para llegar al podio

Carlos Arribas

La fuga del día seguramente le haría gracia a Wyoming (la componían 25 corredores) y daría pie a los melómanos a entretenerse con juegos de palabras (entre los fugados estaban Bak: Lars Ytting, no Johan Sebastian; y McCartney: Jason, no Paul), pero a los que más les gustó fue a Denis Menchov y Michele Scarponi, que son ciclistas, sudan, se cansan y no parecen tener tiempo para tontos juegos de palabras. Al primero, al ruso en rosa, porque transformó un día de nervios (viento, calor, velocidad, trazado tortuoso)en una jornada de recuperación antes del examen final entre Herculano y el cráter del Vesubio, 1.000 metros de altitud. Al segundo, porque le permitió ganar su segunda etapa en el Giro de su regreso.

Menchov, que siente tan poco el agobio del estrés que no necesita ponerse a lavar la ropa como los antiguos, en el lavabo, para combatirlo, cultiva, sin embargo, su alma poética. Distingue entre la leyenda del Blockhaus, la vegetación del monte Petrano y la literatura y las asociaciones de ideas que supone la ascensión a un volcán tan aclamado como el Vesubio, tan colmado de significados. Pero su alma rusa, indiferencia rayana en la frialdad llegado el momento, no le permite distracciones. "Cuando asciendo en bicicleta, no lo hago pensando en la historia, la geografía o la literatura", dice; "pienso sólo en el tipo de pendiente. Me gusta más la del Blockhaus porque es más tendida, más regular, más acorde a mi estilo. La del Vesubio, aparte de más empinada, es más irregular. Favorece a los escaladores puros, capaces de abrir gas como si fueran en moto y atacar".

A Menchov, que aventaja en 26s a Di Luca (la bonificación en meta supone 20s para el primero) y en 2m a Pellizotti, le gustaría que en el Vesubio atacara el hombre volcánico, Carlos Sastre (quinto, a 3m 30s), una chispa que desencadenaría una reacción de alianzas defensivo-transversales que siempre favorecerían al hombre de rosa. "Me encantaría que atacara Carlos y ganara la etapa", dice; "así seguramente Pellizotti se tendría que mover para defenderse y Di Luca tras él. Y yo, detrás".

A Sastre, claro, también le gustaría ganar en el Vesubio (13 kilómetros de ascensión al 7,4%: cinco kilómetros más larga, 500 metros más alta, que cuando ganó Chozas en 1990). Y no sólo la etapa, sino un puesto en el podio y, por qué no, la maglia rosa. Vesubio es, además, la palabra que más le ha sugestionado desde que conoció el recorrido del Giro. Superada la crisis sufrida en la ascensión al Blockhaus, el abulense reconoce: "Será la última oportunidad de hacer algo más en este Giro. Así que gastaré las pocas fuerzas que me quedan".

18ª etapa: 1. M. Scarponi (Ita./Diquigiovanni). General: 1. D. Menchov (Rus./Rabobank). 2. D. di Luca (Ita./LPR), a 26s. 3. F. Pellizotti (Ita./Liquigas), a 2m. 4. I. Basso (Ita./Liq.), a 3m 28s. 5. C. Sastre (Cervélo), a 3m 30s. 12. L. Armstrong (EE UU/Ast.), a 12m 17s.

Michele Scarponi celebra su nuevo triunfo.
Michele Scarponi celebra su nuevo triunfo.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_