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Crónica:STUTTGART 1 - GETAFE 0 | LIGA EUROPA | Tercera jornada
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Getafe, víctima de su indolencia

Los de Míchel caen frente al Stuttgart y ven peligrar su continuidad en el torneo

Faustino Sáez

Cada partido de competición europea debería tener para el Getafe algo de museístico. Pero la travesía del desierto que supone la primera fase de la Liga Europa, con sus gradas vacías y sus ambientes desangelados, está rompiendo la mística del momento. En Alemania, allí donde nació un equipo con tanto talento como descaro y capaz de aguantar el pulso al Bayern Múnich, el Getafe firmó un ejercicio de fútbol pusilánime. Sin espíritu ni personalidad. Incapaz de revolverse ante un marcador adverso, incapaz de reivindicarse en un escenario de enjundia. A ello se suma un nutrido parte médico que limita la profundidad de banquillo de los azulones y unas rotaciones con las que Míchel evidencia que las excursiones entre semana tienen más de carga prescindible que de aventura épica.

STUTTGART 1 - GETAFE 0

Stuttgart: Ulreich; Celozzi, Niedermeier, Boulahrouz (Bah, m. 75), Boka; Träsch (Funk, m. 64), Kuzmanovic, Camoranesi, Gentner; Cacau y Marica (Pogrebnyak, m. 65). No utilizados: Ziegler; Harnik, Molinaro y Gebhart.

Getafe: Ustari; Pintos, Cata Diaz, Rafa, Marcano; Víctor Sánchez (Casquero, m. 46), Borja; Arizmendi (Gavilán, m. 46), Albín (Colunga, m. 71), Manu; y Miku. No utilizados: Codina; Álex Pérez, Mosquera y Boateng.

Gol: 1-0. M. 29. Marica recoge un rechace de Ustari y le bate con un tiro cruzado.

Árbitro: Anastassios Kakos (Grecia). Amonestó a Marcano y Gentner.

Unos 18.000 espectadores en el Mercedes-Benz Arena.

Los azulones, sin cuerpo ni alma, sumaron tan solo dos disparos a puerta
El encuentro transitó siempre en el territorio de la desidia, sin alardes ni sofocos

Así se presentó el Getafe, hipotenso en la actitud, irreconocible y enclenque en el armazón. Con Parejo y Pedro Ríos en la grada, con Boateng, Casquero y Gavilán de inicio en el banco. La baja de sus dos laterales titulares, Torres y Mané, obligó a Míchel a disponer una defensa tan experimental como inconsistente. El resto del dibujo fue pretencioso en la pizarra, pero irreconocible sobre el césped.

El Stuttgart, un clásico en horas bajas con el dudoso honor de ser colista de la Bundesliga, apeló en la previa a la agresividad, pero no la necesitó. El Getafe volvió a suspender la prueba del carácter, como quedó retratado en el gol de los alemanes. Tras un gran pase del otrora letal Cacau, el rumano Marica remató hasta dos veces sin oposición para batir a Ustari y decidir el encuentro. Los alemanes alternan las penurias en la competición nacional con dignas actuaciones en el escenario europeo y son líderes del grupo con tres victorias en otros tantos partidos. Hace un año escuchaban el himno de la Champions y ahora sus jugadores, con más nombre que recorrido, se toman la cita de los jueves como el nostálgico homenaje a un pasado mejor. Al ritmo que marcaba Kuzmanovic, disfrutaron de una tarde plácida y sin oposición, más propensa al tiralíneas que al sudor y perdonaron la goleada cuando el partido quedó definitivamente descosido.

El Getafe, en cambio, sin cuerpo ni alma, apenas sumó dos disparos a puerta para la estadística. Solo Manu investigó a última hora el área rival. Demasiado tarde y demasiado poco para una plantilla que parece dimitir de la púrpura europea. Se intuye un propósito conservador. Con una plantilla corta de efectivos y talento, la hoja de ruta de Míchel parece centrarse en objetivos abarcables. Pero, sin duda, existen guiones más dignos, con más fútbol y con menos indolencia que el interpretado anoche en Stuttgart.

El encuentro transitó siempre en el territorio de la desidia, sin alardes ni sofocos. Ideal para carrocerías renqueantes como la de Camoranessi, que campó a sus anchas. Metáfora de la molicie de un choque prescindible. La derrota refrenda sensaciones preocupantes y deja al Getafe sin margen de error en los tres partidos restantes.

AFP

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.
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