_
_
_
_
_

El Granada baja de la nube al Betis

La tardía reacción de los de Mel no puso en apuros el triunfo de Abel en su estreno (1-2)

Golpe de mano del Granada. El estreno de Abel Resino se saldó con un triunfo en el duelo regional frente a un rival directo. Fue mejor el Granada, en especial en la primera mitad, y el Betis reaccionó tarde, cuando le metió al partido la intensidad que requería. La derrota baja de la nube a un conjunto verdiblanco débil atrás e incapaz de mostrar las señas de identidad que le han hecho competitivo en algunas fases de la competición.

Ensimismado por los halagos cosechados en el Camp Nou y su competitividad en el derbi, el Betis se olvidó que su Liga se labra en caminos de tierra, en la sucia polvareda donde rivales directos, como el Granada, le mostraron lo difícil que es ganarse la vida en los bajos de la Liga. Espléndido y con carácter, revitalizados sus jugadores por el estreno de Abel Resino en el banquillo, el Granada ofreció su mejor versión en Sevilla. Fue mejor en el aspecto táctico, al quitarle al Betis el único argumento que lo hace competitivo, la posesión de balón, y fue más contundente en cada disputa, en cada duelo individual, donde impuso su mejor físico.

BETIS, 1 - GRANADA, 2

Betis: Casto; Isidoro (Pereira, m. 64), Mario, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat, Salva Sevilla (Pozuelo, m. 46); Juanma, Roque Santa Cruz y Rubén Castro (Jorge Molina, m. 57). No utilizados: Fabricio; Paulao, Jefferson Montero y Pereira.

Granada: Julio César; Nyom, Íñigo López, Borja Gómez, Siqueira; Mikel Rico, Yebda; Jara (Jaime, m. 66), Martins (Abel Gómez, m. 71), Dani Benítez (Fran Rico, m. 84); e Ighalo. No utilizados: José Juan; Cortés, Mainz y Álex Geijo.

Goles: 0-1. M. 12. Ighalo. 0-2. M. 39. Martins, tras fallo de Casto y a pase de Jara. 1-2. M. 81. Pereira.

Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Salva Sevilla, Yebda, Ighalo, Dani Benítez, Nacho, Mario y Julio César.

36.755 espectadores en el Benito Villamarín.

La fortaleza del Granada fue, por tanto, incuestionable en una primera mitad que haría tirarse de los pelos al destituido Fabri. Tras dos avisos desde la banda derecha, donde el poderío de Nyom acogotó a Salva Sevilla y Nacho, una fenomenal carrera de Martins habilitó a Ighalo, que marcó de derechazo ante Casto. No sería un buen día para el portero bético. Los jugadores del Betis se frotaban los ojos, impotentes ante una superioridad desconocida en el Benito Villamarín. Un síntoma de la debilidad verdiblanca fueron los saques de esquina de Beñat, que no llegaban al primer palo.

Harto de correr detrás del balón, el Betis comenzó a pleitearle la posesión al Granada. La mejora se debió, esencialmente, a una mayor intensidad en el juego, a la que se añadió un adelantamiento general de líneas, tan necesario como valiente. La reacción, tardía, fue en gran parte contenida por la movilidad de Martins, letal en sus incursiones en terreno verdiblanco. El portugués, condenado en tiempos anteriores por su mala relación con Fabri, renació en Sevilla por movilidad y visión de juego.

La salida de Martins coincidió con los mejores momentos del Betis, que, con todo perdido, se lanzó al ataque con todo, sin medida, acumulando hombres en ataque. Jorge Molina y Pozuelo, los hombres de refresco, gozaron de buenas ocasiones, fruto más de la agonía con la que el Betis encaró el partido que del buen juego. El Granada tiró de oficio para frustrar la reacción del Betis, concretada en un gol postrero de Pereira que dio emoción a los minutos finales. Un gol, que, al menos, le sirve al conjunto verdiblanco para igualar el golaverage particular, ya que en el encuentro de la primera vuelta el triunfo fue para los verdiblancos por 0-1.

Ighalo celebra el primer gol
Ighalo celebra el primer golGARCÍA CORDERO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_