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HISTORIAS DE UN TÍO ALTO | NBA
Columna
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Grizzlies, Rockets y otros aspirantes

A los equipos de la NBA les quedan unos 20 partidos. A primera vista, muchos, un cuarto de la temporada. Pero este cuarto es distinto del primero, el segundo y el tercero. En esos periodos, un equipo podría dar un rápido vuelco con una buena racha de una de sus estrellas o gracias a un fogoso discurso de un entrenador que se haya tomado algún Peta Zeta de más. Claro que ese equipo tendría que ofrecer a sus jugadores primas, una visita de las estrellas de la edición de bañadores de Sports Illustrated y, lo más importante, un psicólogo.

Cuando una persona normal y racional observa las clasificaciones de la Conferencia Oeste, podría sentirse tentada de pensar: "Mira, los Grizzlies, los Rockets y los Hornets están a sólo seis partidos de entrar en los play offs". Solía pensar lo mismo cuando tenía 12 años y era fan del equipo de béisbol de los Royals de Kansas City. Les decía a mis padres: "Lo único que necesitan es una buena racha de 10 partidos".

En teoría, tenía razón. Salvo en una cosa: son machos adultos a los que han apaleado mentalmente durante la mayor parte de la temporada. Los integrantes de los Rockets de Houston son conscientes de que no van a ganar la NBA. ¿De qué les serviría entrar en los play offs? Los Hornets de Nueva Orleans saben que es poco probable que venzan a los Lakers de Los Ángeles en la primera ronda. Los Grizzlies de Memphis entienden que su posibilidad de avanzar puestos es tan escuálida como lo sería Penélope Cruz si siguiera una dieta de apio. Pero también es verdad que uno no debería apostar nunca en contra de un Gasol. Especialmente, si escribe para un diario español.

La situación no es mejor entre los que se encuentran en los puestos de los play offs. Si están leyendo esto, probablemente sabrán que todos fingimos que la NBA es una competición. Podemos dar al tema todas las vueltas que queramos, pero los Lakers se llevarán el título en otra embarazosa ceremonia de entrega de premios en la que participarán Kobe Bryant y la falsedad emocional. Colectivamente, somos como la chica que sabe que su novio no es adecuado para ella, pero que se aferra a él de todas maneras porque está desesperada por tener a alguien a quien llevar a esa boda de junio en la que se ha metido.

Los jugadores de los Suns de Phoenix saben que no tienen eso, sea lo que sea eso. Y también los Magic y los Hawks y hasta los Celtics. A no ser que fichen a Zydrunas Ilgauskas y Michael Finley. Y que, en algún momento del próximo mes, descubran un método para la regeneración del cartílago y lo usen en las rodillas de Kevin Garnett.

Quedan 20 partidos en la NBA, pero, como cualquier jugador (o psicólogo) honrado les diría, daría igual que fueran cinco.

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