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CICLISMO | VUELTA A ESPAÑA

Henderson se lleva la tercera etapa

El corredor de Columbia gana al esprint a Bozic y Freire, segundo y tercero respectivamente. Cancellara sigue líder

El neozelandés Greg Henderson asumió el papel de su imbatible compañero del Columbia Mark Cavendish y se adjudicó la tercera etapa de la Vuelta a España, de 189,7 kilómetros entre Zutphen y Venlo, jornada de transición en la que el suizo Fabio Cancellara retuvo el jersey oro. Henderson, de 32 años, procedente del ciclismo en pista, en el que se proclamó campeón mundial de scratch en 2004, se impuso con un tiempo de 4h.41.01 y clara superioridad por delante del esloveno Borut Bozic (Vacansoleil) y del español Oscar Freire (Rabobank), quien se metió en la pomada sin el resultado deseado.

Es la segunda victoria de un corredor neozelandés en la Vuelta, por lo que Henderson sucede a su compatriota Paul Jesson, quien ganó en Santander en 1980. Un éxito inesperado, ya que su idea y cometido era preparar la llegada a su compañero alemán Andre Greipel. "Pero como no aparecía decidí lanzar el ataque victorioso", ha explicado. Un final inesperado, en el que los grandes especialistas no terminan de imponerse, caso del propio Freire, de Boonen, de Gerrans o Daniele Bennati. A falta de Cavendish, está claro que no hay pronóstico al esprint. Así terminó una jornada previsible, que mantuvo a los favoritos en sus posiciones y a Cancellara al frente de la general. Ahora su vecino más inmediato es Henderson, que gracias a la bonificación se puso a 6 segundos, y tercero es el alemán Ciolek a 8. El primer español es David García Dapena (Xacobeo), a 18 segundos.

La escapada del día fue tempranera. Tuvo su miga turístico-publicitaria, como casi todas en la Vuelta. Se animó un trío en misión de búsqueda y captura de minutos de televisión, con obligaciones concretas. Por una parte Jesús Rosendo, del Andalucía, natural de Carmona. El consejero andaluz asistió a la salida de Assen a promocionar el turismo en la Comunidad sureña. Por otra Lars Boom, un talento del Rabobank, banco que patrocina la mayor parte de los acontecimientos deportivos en Holanda, y el tercero, Johnny Hoogerland, del Vacansoleil, equipo local que promociona parcelas en los campings. Posibilidades de éxito, cero, pero se independizaron en buena armonía apenas dio el bajonazo la bandera de salida. Por delante una llanura interminable de casi 200 kilómetros a través de estrechas carreteras, una breve incursión por Alemania y una dificultad orográfica de 95 metros de altitud, algo serio en un país plano como Holanda. Los caballeros rodantes abrieron hueco enseguida, hasta diez minutos, que ni inquietaron lo más mínimo al pelotón.

Así que la máxima preocupación del grupo consistió en estabilizar la fuga en torno a los tres minutos y salvar sin accidentes las innumerables rotondas del viaje. De ello se encargó el Saxo Bank del líder Fabian Cancellara y de Andy Schleck. El joven luxemburgués mostró sus verdaderas intenciones en esta Vuelta haciendo de aguador. No parece el subcampeón del Tour muy dispuesto a pelear por el podio de La Castellana. Resistió Rosendo, todo un especialista de las escapadas, aún tuvo ganas de soltar a sus dos compañeros de aventura a 28 kilómetros de meta para marcharse en solitario en busca de Venlo, la capital de Limburgo. Esfuerzo estéril, pero al menos echó una mano en la promoción turística de Andalucía, quinto destino preferido por los holandeses.

Los últimos doce kilómetros, con los 198 corredores que conforman el pelotón, fueron de control del Quick Step, Garmin y Columbia, que dejaron la recta de llegada despejada de intrusos. Pronto se excluyó Boonen, que no es el que fue, Freire se andaba buscando la vida como es habitual en su modus operandi y Farrar entró en la recta mal colocado. Así que el Columbia puso la alfombra roja para Greipel, el candidato en ausencia de Cavendish, pero el alemán no se presentó a la cita, por lo tanto Henderson, que no entraba en los planes de su director para venir a la Vuelta, tomó el mando con un certero ataque final que le llevó a la victoria. Y tapó la boca a los que no confiaban en él.

Henderson celebra su victoria en la meta, ante Bozic y Freire.
Henderson celebra su victoria en la meta, ante Bozic y Freire.EFE

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