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Historia de un secuestro consentido

Un futbolista maliense de 17 años deja a su equipo, el Lorca, por un sueño: jugar en el Real Madrid

En estos días en los que arrecia la piratería en aguas somalíes, un futbolista maliense de 17 años, de nombre Alassane Diakite, es supuestamente secuestrado en Murcia por su representante. El precio del rescate: dejar que el chaval realice una prueba para jugar en el Real Madrid. El chaval está viviendo en sus carnes "una película", como dice Sergio Barila, el supuesto secuestrador y agente del jugador, digna de ser proyectada en las mejores salas de cine. "Lo que le han hecho es lamentable", dice Barila, en referencia a la denuncia por secuestro que el Lorca Deportiva, club de Segunda división B en el que milita la joven promesa, puso el pasado sábado.

Diakite es el menor de cuatro hermanos y sueña con jugar algún día en el Real Madrid. Llegó a Francia procedente de Malí con un visado para dos meses. Según el propio jugador, al no tener expectativas de futuro en el país vecino recurrió a un primo suyo que reside en España para cruzar la frontera. "No había futuro para mí en Marsella y llamé a un primo mío que vive en España", comenta el futbolista. A través de él recaló en Madrid en 2007, donde conoció a Barila y fichó por el Canillas, club del distrito de Hortaleza que posee en la actualidad los derechos del jugador y que tiene un contrato de colaboración con el Real Madrid.

Durante su estancia en la capital española, antes de fichar por el Lorca, Diakite malvive en condiciones precarias, según cuenta Javier Rosete, jefe de prensa del club murciano. "El propio chaval nos dijo una vez que en Madrid tenía que dormir en el suelo, no tenía cama, a veces no tenía nada para llevarse a la boca y tuvo que pedir dinero al Consulado de su país para comprarse un bonobús para poder ir a entrenar", asegura Rosete. "Sin embargo aquí -en Lorca- vivía en un dúplex con otros dos jugadores del juvenil, un estadounidense y un español. Aquí tenía de todo, es un residencial privado con garaje, solarium y una mujer que les hacía el desayuno, la comida, la cena y les limpiaba el piso todos los días", comenta.

Del Canillas al Lorca

Diakite tenía 20 años cuando fichó por el Canillas y en marzo del año próximo cumplirá los 18. Esto se explica porque el chaval se hizo pasar por mayor de edad para poder firmar el contrato con el club madrileño sin necesidad de la firma de su madre. El verano pasado participó en el Mundialito de la Inmigración con su selección y llamó la atención de Barila, el agente que se hizo con sus servicios y que le consiguió una ficha en el Lorca Deportiva. Una vez en Murcia, el Consulado de Malí expidió un documento al club en el que retrasaban su año de nacimiento de 1988 a 1991. "Cuando nos enteramos nos pusimos en marcha para regularizar su situación", dice Rosete. "Nos pusimos en contacto con una fundación de inmigrantes de Murcia, con la Federación, mandamos una solicitud a Mali para tener el beneplácito de la madre... y en eso estábamos hasta que ha sucedido esto".

Con esto se refiere a la espantada de Diakite, el sábado por la noche, de su residencia en Lorca. Un supuesto correo electrónico del Canillas confirmando que el Real Madrid quería realizarle una prueba precipitó los acontecimientos. Según el jugador, el presidente del Lorca, Manuel Muñoz Carrillo, le presionó para que abandonase a su representante actual y se vinculara al cien por cien con el equipo murciano. "Me dijeron que tirara el móvil, que me iban a dar uno nuevo y que no hablase más con mi representante. Querían que mi madre firmara un contrato para que el club sea mi tutor, pero yo no puedo hacer eso. Por la noche dejé una nota a mis compañeros y llamé a Barila para que viniera a buscarme. Nadie me ha secuestrado".

En la otra parte, los responsables del Lorca piensan que la coacción no viene de ellos sino del representante del jugador. Rosete piensa que la carta que aparece junto al texto, la que dejó Diakite en el dúplex antes de marcharse, está escrita bajo la influencia de sus representantes, afirma que por parte del equipo murciano no ha habido presión en ningún momento y que el futbolista "estuvo feliz hasta el día de su marcha. Lo único que ha pasado es que se le ha hecho una oferta al jugador para mejorar su calidad de vida en el Lorca. No hay presión, es una propuesta. Queríamos que el club fuese el tutor legal del chico y eso es todo. Aquí lo único que hemos hecho es intentar mimarlo como a todos nuestros futbolistas, lógicamente", asegura.

Como si el maliense estuviera en mitad de una cuerda, el Lorca Deportiva y el Canillas tiran cada uno de un extremo para llevarse al jugador a su terreno. Y así las cosas, con secuestro o sin él, Diakité pasa las horas en una suerte de limbo (en Valencia, junto a su otro representante) a la espera de que se normalice su situación. "De momento mi cabeza está serena", dice. "Tengo que respirar y ver qué pasará". Su agente Barila, el denunciado, asegura que tiene la conciencia tranquila y que su prioridad ahora mismo es que se solucione cuanto antes la situación de Diakite.

Carta de despedida de Alassane Diakite
Carta de despedida de Alassane Diakite

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