Iker Romero dejará el Barça y ficha por el Fuchse Berlín
El lateral español firmó por tres años tras saber que el club azulgrana no le quería
El lateral izquierdo vasco Iker Romero ha anunciado esta tarde que abandona la disciplina del FC Barcelona para fichar por el Fuchse Berlín para las próximas tres temporadas. Iker, que lleva ocho temporadas en el Barça, dejará el club azulgrana al concluir la presente, en la que el equipo de Xavi Pascual tiene prácticamente asegurado el título de la Liga Asobal y está en octavos de final de la Liga de Campeones.
Romero, de 30 años, sabía desde el principio de esta campaña que el Barça no contaba con él para la próxima. Su contrato -era uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla- finaliza el próximo mes de junio y su agente trabajó con diversas hipótesis para asegurarle un equipo con potencial que pudiera ofrecerle un acuerdo a largo plazo.
"Me voy feliz a Berlín, pero lo habríaa cambiado todo para retirarme con la camiseta del barça", ha manifestado el jugador, que a su vez ha querido subrayar: "No voy a jubilarme allí. Iré a ganarlo todo y a dar el máximo, como siempre lo he hecho". Así lo confirmó ayer Marcel Pagliotta, su representante. "El Berlín es una gran opción, porque va tercero en la Bundesliga y congrega a más de 10.000 aficionados en cada partido. Es un proyecto sólido, cuya aspiración es ganar la Liga alemana y luchar por la Copa de Europa. Allí Iker va a convertirse en la estrella del equipo".
El lateral del Barça y de la selección deja el club catalán con un palmarés de 1 Copa de Europa (2005), una Liga Asobal (2006), cuatro copas del Rey y una Copa Asobal, como títulos más destacados. En el palmarés del jugador figuran también éxitos tan importantes con la selección española como el oro mundialista de Túnez en 2005 y el bronce del último Mundial en Suecia (2011), así como el bronce olímpico de Pekín (2008).
A nivel de clubes, la trayectoria de Iker se inició en el Valladolid, prosiguió en el Ademar y culminó en el Ciudad Real. El Barça se lo arrebató al equipo manchego en 2003 pagando la mayor cláusula de rescisión del balonmano: 600.000 euros. Sin embargo, hace dos años, el record fue superado por el Barça cuando fichó a Rutenka y pagó también al Ciudad Real un millón de euros.

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