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Reportaje:

Italia, sin fútbol este fin de semana

El agente que mató a un 'tifoso' dice que se le disparó el arma, y un testigo, que apuntó

Enric González

No habrá fútbol en Italia el próximo fin de semana. La Federación y la Liga acordaron suspender la jornada liguera para "imponer una reflexión" tras los graves acontecimientos del domingo. La suspensión supone, en realidad, un gesto modesto, ya que no iban a disputarse encuentros de Primera porque juega la selección. Quedaron aplazados, por tanto, los partidos de Segunda y Tercera. La ministra de Deportes, Giovanna Melandri, había pedido paralizar la competición "varias semanas".

La muerte de Gabriele Sandri, de 28 años, hincha del Lazio, por el disparo de un policía y la brutal reacción de miles de tifosi en Roma, Milán y Bérgamo dejaron de nuevo conmocionado el país. El Observatorio Nacional de las Competiciones Deportivas, del Ministerio del Interior, prohibió, como en febrero, los desplazamientos de aficionados a campo contrario. Fue en cierta forma un brindis al sol sin consecuencias prácticas: nadie puede impedir a un aficionado que viaje a otra ciudad y compre una entrada. También se decidió dar plena libertad a los jefes de policía para suspender partidos por cualquier razón, lo que podría resultar más efectivo.

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Los dirigentes políticos y futbolísticos siguen asombrados por la enésima llamarada de violencia de los tifosi, empeñados en que, como tras la muerte de un inspector de policía en febrero, se suspendiera la jornada y no se jugara en ningún estadio. El ministro del Interior, Giuliano Amato, y la Fiscalía de Roma decidieron dar una nueva vuelta de tuerca a la presión policial y judicial sobre el fenómeno: los detenidos por los incidentes del domingo fueron acusados de "terrorismo", además de por devastación, saqueo, daños, lesiones e incendio doloso. Hay al menos cuatro arrestados en Roma y tres en Bérgamo, aunque se prevé que sean más.

"La convergencia de los tifosi de distintos equipos tiene una clave política", declaró Giovanni Rosso Spena, jefe del grupo parlamentario de Refundación Comunista en el Senado; "muchos del Roma y el Lazio confraternizan en sedes de partidos de extrema derecha, como Forza Nuova o Alianza Nacional". La capacidad de coordinación entre aficiones para atacar a la policía (más de 40 agentes sufrieron heridas) y arrasar calles quedó demostrada. Los daños en Roma, donde un autobús, varios coches y mobiliario urbano resultaron destruidos, aún no han sido evaluados. La devastación de la sede del Comité Olímpico se estimó en 100.000 euros.

El incidente que provocó los disturbios empezó a aclararse y se agravan las sospechas de culpabilidad del policía que disparó. Se comprobó que aficionados del Lazio y el Juventus habían mantenido una pelea en una gasolinera de la autopista A-1, en Arezzo, porque se hallaron cuchillos, bolos de madera y piedras. Cuando uno de los coches abandonaba el lugar, un agente de tráfico disparó y mató a uno de sus ocupantes, un popular disc-jockey romano.

"Disparé una vez al aire y, mientras corría, accidentalmente, se escapó otro disparo", explicó el policía, acusado provisionalmente de homicidio involuntario. Su posición parece delicada. El jefe de policía de Arezzo, Vincenzo Giacobbe, dijo que la acusación "podría empeorar" a homicidio voluntario. Un testigo declaró que el policía no corría, sino que apuntaba con los brazos extendidos. "Estaba al otro lado de la autopista y no sabía si la pelea se debía a una bronca entre tifosi, a un atraco o a algo peor", expuso Giacobbe; "probablemente, apuntó a los neumáticos y asumió un riesgo enorme".

Una mujer coloca un ramo de flores en la tienda donde Sandri trabajaba con su padre en Roma.
Una mujer coloca un ramo de flores en la tienda donde Sandri trabajaba con su padre en Roma.AFP

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