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Jaque matrimonial

Illescas pierde su 9º título nacional por empatar con su mujer

El amor pudo más que la gloria. El octacampeón de España Miguel Illescas y su esposa, Olga Alexándrova, acordaron tablas sin luchar en su enfrentamiento de la última ronda del Campeonato de España Absoluto en Arenal den Castell (Menorca). Una victoria hubiera supuesto el noveno título para él o un éxito histórico para ella; el empate, sin embargo, hizo campeón a Alvar Alonso, de 19 años.

Las tablas rápidas están cada vez peor vistas en el ajedrez moderno y no sería extraño que pronto se impongan sanciones a quienes las firmen por falta de combatividad. Pero la situación de ayer era excepcional. No solo porque cabe preguntarse si ambos hubieran sido capaces de jugar a muerte frente a su cónyuge, sino por las sospechas de chanchullo que inevitablemente hubieran surgido si la partida se juega durante horas: "Paradójicamente, nos felicitan por nuestra deportividad. Éramos conscientes de que el empate abría la puerta para que el campeón fuera otro, pero luchar entre nosotros tenía más inconvenientes que ventajas", explicaron ambos a EL PAÍS.

El favorito claro era Illescas, pero con matices importantes. A pesar de que apenas ha tenido tiempo de entrenarse desde que dio a luz a Diana, hace tres años, Alexándrova ha rendido en Mallorca muy por encima de su nivel teórico; 17ª del escalafón inicial, no perdió ninguna partida en nueve rondas, y ganó o empató con rivales superiores en teoría. De hecho, su tercer puesto final es la mejor clasificación de una mujer en las 76 ediciones del Campeonato de España Absoluto. Alexándrova, nacionalizada en 2010, se reafirma así como la mejor jugadora española, y defenderá el primer tablero de la selección femenina en el Europeo de naciones, que se jugará en Heraklión (Grecia) del 2 al 11 de noviembre, mientras su marido disputa el masculino. "Tal como ha jugado Olga este torneo, no hubiera sido nada fácil derrotarla con las piezas negras", remachó Illescas.

En realidad, ambos habían enfocado el Campeonato de España como un entrenamiento muy serio para el Europeo: "En teoría, los dos estábamos fuera de forma, con una mudanza recién terminada y tras dejar a la niña con los padres de Olga. Pero, quizá porque el escenario era idílico y además teníamos hambre de competición, nuestro rendimiento fue muy alto", explica Illescas. El periodista comenta que, probablemente, es un hecho insólito en la historia del ajedrez que los dos jugadores de una partida tan importante duerman juntos la noche anterior. Pero el octacampeón de España corrige: "Error. Decidimos ocupar habitaciones separadas, porque durante los torneos tenemos ritmos diferentes de preparación y sueño". Sin embargo, esa profesionalidad sucumbió en el momento clave ante el amor conyugal.

Miguel Illescas, en una imagen de archivo.
Miguel Illescas, en una imagen de archivo.

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