"Juanele vuelve a estar mal"
El ex jugador se recupera de una intoxicación por un antidepresivo
"Juanele vuelve a estar mal". Los comentarios de los veteranos del Sporting en los últimos meses se convirtieron en un gran susto el fin de semana, cuando el ex futbolista fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Cabueñes, en Gijón.
Juanele sufrió "toxicidad medicamentosa" por la ingesta excesiva de pastillas de litio, un medicamento prescrito para tratar el trastorno bipolar. Esta enfermedad supone cambios bruscos del estado de ánimo que llevan a los pacientes a pasar episodios depresivos graves y brotes eufóricos.
Juan Castaño Quirós (Gijón, 1971) cayó en una depresión en la temporada 2003-04, la última de su segunda etapa en el Zaragoza. En aquella campaña jugó poco, aunque fue decisivo en el título de Copa ganado frente al Madrid. A la temporada siguiente fichó por el Terrassa, de Segunda División. Juan Manuel Lillo, que entonces entrenaba al equipo catalán y había coincidido con El Pichón en el Tenerife y el Zaragoza -"es como un hijo para mí"- recordaba ayer, afectado, que Juanele "llegó francamente bien a Terrassa, pero se confió y recayó". La enfermedad hizo que abandonara el equipo antes de que acabara el curso 2004-05.
De regreso a Asturias, arropado por su familia y sus amigos, Juanele parecía en condiciones de levantar cabeza. Junto a su ex compañero Iván Iglesias, abrió una escuela de fútbol. Pero acabó aceptando una oferta del Avilés, de Tercera. Luego vendrían el Camocha y, esta misma temporada, el Roces, ambos de Regional. Pero las oscilaciones de su estado de ánimo le impedían someterse a la disciplina de los clubes.
El ingreso de Juanele en la UCI se hizo público el lunes y los familiares han pedido a los responsables del centro hospitalario la máxima discreción. Lo poco que ha trascendido es que su evolución ha sido positiva y que ayer, tras recuperar la consciencia, bromeaba con las enfermeras.
El temor de los médicos es que el ex futbolista sufra secuelas. El litio es un estabilizador del estado de ánimo con efectos secundarios graves si se traspasan los límites adecuados, explica el psiquiatra Néstor Szerman. Por eso los pacientes que utilizan este medicamento se someten a análisis de sangre periódicos -para ver el nivel en sangre-, renales y cardiacos. Juanele tiene afectados los riñones y otros órganos vitales.
