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Kevin Magee, la atracción de la Liga de baloncesto

Fue el primer relevo de la nueva hornada norteamericana llegada la semana pasada a España. Kevin Magee, 24 años, ala-pivot de raza negra y 202 centímetros de estatura, aterrizó en nuestro país avalado por un gran prestigio y respaldado por ese atractivo adicional que otorga el Barcelona cuando centra sus objetivos en algún jugador. Este norteamericano que rechazó una oferta de 18 millones de pesetas por venir a jugar a España y a Barcelona, al final lo ha hecho por menos de la tercera parte y a Zaragoza. Es la atracción de la Liga de baloncesto.

Ciento veinte mil dólares - 18 millones largos de pesetas- dicen que ofreció el club azulgrana este verano cuando buscaba un compañero para Starks y, todavía no se había decidido por Davis. Kevin Magee gozaba de esa cotización ganada a pulso en la durísima Liga italiana, en la que acabó siendo máximo reboteador y segundo entre los encuestadores; pero este coloso de ébano desdeñó la oferta, así como otra millonada similar del Cagiva Varese, para buscar fortuna entre los profesionales, concretamente en Phoenix Suns, que lo descartó hace 15 días prefiriendo para su plantilla jugar la baza de la veteranía y desdeñar la aportación de otros jugadores jóvenes.Sólo así, repitiéndose la historia de Hollis Copeland en Zaragoza, puede explicarse su. presencia en España y puede hacerse realidad el sueño de José Luis Rubio, presidente del CAI Zaragoza, que hace un año y medio quiso ficharle en Los Ángeles y hubo de retirar su oferta ante los 100.000 dólares que pedía Magee, que ahora, debido a esos vericuetos extraños del baloncesto profesional norteamericano, ha tenido que conformarse con un poco más de la tercera parte.

Magee, como todos sus compatriotas que llegan a Europa, está sujeto a idénticos factores de riesgo que condicionan totalmente su rendimiento: aclimatación, profesionalidad y acondicionamiento a un medio radicalmente diferente al americano.

'All America' 1981

En 1981, al licenciarse con la California Irvine Universíty, fue nominado como All American, la más alta distinción baloncestística del año, y compartió honores en el primer quinteto con Ralph Sampson, el gran pivot de Virginia State, de 2,24 metros. Atrás quedaron aquella temporada John Pinone, pivot de la Selección de EEUU en el Mundial-82 de Colombia; Chuck Aleksinas, hoy en el Estudiantes, o Greg Stevart (Joventut de Badalona), quienes obtuvieron menciones de honor.Antes de ser distinguido como All American, Magee apareció en, seis de las siete listas oficiales que configuran este oscar baloncestístico universitario cada temporada. Fue, por ejemplo, primer quinteto para la Asociated Press, segundo quinteto para la United Press International, segundo para la Basketball Yearbook Pre-Season Prediction, segundo para la Asociación Nacional de Entrenadores, segundo para la Basketball Weekly y segundo, asimismo, para la Basketball Times. Su inclusión en el quinteto ideal estuvo, por tanto, prácticamente cantada.

Puntos y rebotes son dos especialidades que domina a la perfección Magee. En la temporada 1981-1982 fue tercer anotador del campeonato, con 27,5 puntos de media; cuarto reboteador, con 12,5, y segundo en porcentaje de tiro, con un fabuloso 67%. En la campaña 1982-1983 sus números fueron también de lujo: 25,2 puntos, 12,2 rebotes y 64,2% de acierto cara al aro. Además obtuvo la tercera posición en la tabla de mejores anotaciones, al endosarle 46 puntos a la Universidad de Loyola un 12 de diciembre.

Su estadística durante la temporada pasada en Italia, enrolado en las filas del Varese, fue igualmente brillante: 25 puntos- y 15 rebotes. De ahí que todos los indicios apunten a que triunfe también en España. Para ello posee una fuerte personalidad y unas condiciones físicas impresionantes.

Su debú en la Liga española coincidió con la visita al Palacio de los Deportes de Zaragoza del Real Madrid y con la primera victoria del cuadro aragonés sobre el campeón blanco en toda la historia de este campeonato. Magee tuvo mucho que ver en ello, pues, aun pasado de peso, ligeramente fuera de forma y con sólo tres días de entrenamiento al lado de sus nuevos compañeros, aportó el peso específico que necesitaba el equipo Zaragocista para acabar con la imbatibilidad de su visitante.

No estuvo muy afortunado en el tiro -6 aciertos de 18 intentos-, pero reboteó con furia, capturando 17 balones que, junto a los 12 de Allen, permitió al CAI Zaragoza ganar claramente la batalla bajo los aros. Además ejerció una poderosa atracción sobre sus defensores -Robinson y Fernando Martín, junto con Corbalán por delante-, obligándoles a cerrarse sobre él constantemente, pues sus movimientos en la zona son demoledores.

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