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El Madrid pega muy duro

Los de Mourinho, con otro festival de Cristiano, golean al Athletic y llegan líderes al clásico

Al vendaval del Barça en Almería contestó el Madrid con otro ejercicio contundente . Golpe a golpe, el líder superó al Athletic, que se mantuvo en pie durante una hora, lo que tardó en sucumbir ante el mazo de un rival que esta vez no necesitó gobernar todo el encuentro para imponerse. De entrada, le sostuvo Casillas; luego fue el turno de la caballería, de la que el Madrid anda sobrado. Por ahora, al menos hasta su próximo asalto en el Camp Nou, sus rivales caen demolidos en Chamartín. Unos, porque se rinden en la previa, en el calentamiento; a otros, como el Athletic, no les basta con mantener el pulso y jugar con un tesón encomiable. Al final, como todos, padecen un martirio.

REAL MADRID 5 - ATHLETIC 1

Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Khedira (Lass, m.67), Xabi Alonso; Cristiano Ronaldo, Özil (Granero, m.78), Di María; e Higuaín (Benzema, 75).

Athletic: Iraizoz; Iraola, San José, Ustariz (Aurtenetxe, m.46), Amorebieta, ; Gabilondo (David López, m.74), Orbaiz, Javi Martínez, Muniain (Iñigo Pérez, m.60); Susaeta y Llorente.

Goles: 1-0, m.20: Higuaín. 2-0, m.30: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.40: Llorente. 3-1, m.56: Sergio Ramos de penalti. 4-1, m.63: Cristiano Ronaldo. 5-1, m.90: Cristiano Ronaldo de penalti.

Árbitro: Undiano Mallenco (colegio navarro). Amonestó a Xabi Alonso (13), Carvalho (52) por los locales, y a San José (50) y Amorebieta (61) por los visitantes.

79.500 espectadores en el estadio Santiago Bernabéu.

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Este Madrid es puro veneno. Lo mismo da que arranque algo gripado, con su portero de protagonista. Así fue su puesta en escena en un encuentro en el que acabó por triturar al contrario. Antes del ciclón de la media hora final, donde llegó Casillas, no pudo hacerlo Iraizoz. Cuestión de puntería, de precisión, cualidad que distingue al Real Madrid incluso en sus jornadas más opacas.

Tuvo algunas tinieblas frente al Athletic, que, al contrario que la mayoría de visitantes a Chamartín, no entregó la cuchara hasta que al final se vio en la lona. Ni siquiera con un inmerecido 2-0, fruto de dos ganchos, uno de Higuaín y otro de Cristiano. No hubo mayor repertorio local en el primer tiempo. Ni antes ni después abdicó el Athletic, que también tuvo pegada. Casillas le neutralizó. Sobre todo a Llorente, excelente en todo cuando el Athletic estuvo vivo. Tan capaz con la cabeza como con los pies. Lo demostró en sus dos primeros remates, uno salvado bajo el larguero por Pepe y otro frenado por el mejor Casillas. Llorente es mucho más que un pivot capaz de servir de frontón. Tiene pies, y sus movimientos al espacio siempre son con sentido. A la tercera, embocó Llorente, frustrado Casillas por su fuera de juego, desapercibido para el gremio arbitral.

El tanto del mejor goleador español del campeonato reflejó el equilibrio entre ambos equipos. Frente al combativo Athletic, el Madrid tuvo menos cuerpo que en otras ocasiones. Su adversario le discutió la jerarquía en el juego. Amparado por Casillas, el Madrid se explicó a la contra. Es una de sus grandes virtudes, sus delanteros son velocistas puros. Y no solo eso, no son simples sprinters. Acelerar es solo un recurso al servicio de su talento, a 1.000 por hora son capaces de expresarse con una sutileza imposible para la mayoría. Lo hizo Higuaín, que apareció por primera vez en el encuentro para imponer su físico ante un defensa forrado de músculo como Amorebieta y despachar a Iraizoz. La habilidad se impuso al físico.

Al instante respondió Susaeta, pero Casillas estaba en su salsa, más exigido que de costumbre en esta temporada, señal de los pocos complejos del Athletic, que esta vez sí tuvo en Chamartín una respuesta inicial acorde a su alcurnia. Nada pudo hacer ante los directos a la mandíbula de su adversario, que tuvo más dinamita que juego.

Cuánta razón tenía Caparrós: el Madrid no es tiqui-taca, es un tac-tac. Lo hizo Cristiano, punto final a una eléctrica transición de cuatro toques de área a área. Di María-Higuaín-Özil-Ronaldo. Tac-tac, tac-tac. Cualquier otro equipo hubiera dimitido en el Bernabéu. El Athletic, no. Llorente le sostuvo en el partido hasta que el Madrid le mandó al garete con otro asalto fulgurante. Con el equipo vasco a la búsqueda del empate, Susaeta picó ante Di María, que hizo lo imposible por ser atropellado.

Ante la incredulidad general, incluida la contrariedad de Mourinho, Sergio Ramos marcó el penalti. Ni Cristiano ni Xabi Alonso, los dos primeros especialistas, le discutieron el lanzamiento y el andaluz marcó el primer gol español del Madrid en Liga. El portugués, que pareció dolorido al término del primer tiempo, ya no fue tan cómplice poco después. Se adueñó del balón en una falta frontal y su zapatazo hizo burla a Iraizoz, que hecho un nudo pegó un manotazo al viento. CR tampoco admitió debates en el penalti final, el que cerró la goleada y respondió de idéntica manera a los tres goles de Messi en el Mediterráneo.

El Athletic, pese a sus méritos, había recibido el mismo castigo que todos los visitantes al Bernabéu. De Casillas a Higuaín, no hay fogueo en este Madrid, que a veces juega y pega y otros días pega sin tanto juego. No hay quien resista, ni siquiera un equipo como el vasco, capaz de mantener el equilibrio durante una hora. Definitivamente, el Madrid está cuajado, pega duro. Mourinho lo ha conseguido en tres meses. En el Camp Nou tendrá su primer examen final. No hay listón más alto.

Cristiano Ronaldo celebra un gol después de transformar un penalti.
Cristiano Ronaldo celebra un gol después de transformar un penalti.AFP
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