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Mancini y la autoridad

El técnico del Manchester City, que ha de lidiar con los problemas de disciplina de Tévez, Dzeko y Balotelli, siempre ha tenido un carácter difícil

Roberto Mancini casi siempre ha tenido problemas con la autoridad. Ahora, como entrenador del Manchester City, se ha visto obligado a lidiar con algunas de las caprichosas estrellas que el inacabable dinero de los citizens ha podido comprar. Pero las polémicas no son algo nuevo en la carrera del técnico italiano, que tiene un prolífico historial de peleas y disputas.

"Soy un chulo porque voy en contra de los que mandan", reconoció en 2008 en una entrevista a EL PAÍS, cuando aún ocupaba el banquillo del Inter. De hecho, según una anécdota que recoge The Sun, su carácter iconoclasta ya estaba presente en su infancia, cuando desapareció durante su primera comunión para jugar un partido de fútbol con su equipo. Sin dejar de ser un crío -con 16 años- llegó a la Sampdoria y su efervescente personalidad le hizo involucrarse en una pelea en su primera temporada con Trevor Francis, 10 años mayor que él. "Digamos que el resto de jugadores se aseguró de que no fuera a más", reconoció años después.

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Con Mancini, la Sampdoria vivió la mejor época de su historia -ganó cuatro copas, una UEFA, una Supercopa de Europa y la Serie A en 1991, el único Scudetto de su historia-, con lo que el delantero escuchó los cantos de sirena de los grandes clubes italianos, pero sin interesarse por su boato. "Por supuesto que podría haber ido a la Juventus, al Milan, al Inter, pero preferí quedarme en la Sampdoria. Quería ser un gran jugador, pero con mi equipo, no grande porque mi nuevo equipo lo fuera. Cuando la gente me pregunta por qué vine aquí, [al City] les digo que es porque el Manchester City nunca gana". Aquella Sampdoria estuvo a punto de coronarse en Europa con la final de la Liga de Campeones de 1992 ante el Barcelona, en la que una vez más afloró el carácter del delantero, cuyas protestas al colegiado acabaron costándole una sanción. "¡No estoy seguro de si intentó matar al árbitro! Le cayeron tres o cuatro partidos por aquello. Nunca discutía con los oponentes. Tan solo con sus propios jugadores y con el árbitro. Muchas veces deseé que me dejara eso a mí. Como persona todo el mundo le quería, pero con los árbitros era horrible, no podía controlarse", ha reconocido el técnico Sven Goran Eriksson, que al año siguiente cogió las riendas del equipo.

El enorme talento de Mancini despertaba también adhesiones incondicionales, como la del presidente de la Sampdoria, Paolo Mantovani, que llamaba a Eriksson por teléfono para asegurarse de que iba a ser titular. Pero el volcánico Mancini siempre estaba dispuesto a entrar en erupción con los colegiados. En 1995, en un encuentro ante el Inter de Milan, Mancini explotó contra el árbitro -al que le reclamaba un penalti-, se quitó enfurecido el brazalete de capitán y abandonó el campo. Eriksson logró convocencerle para que volviera, pero fue peor el remedio, ya que el delantero vio la rojo al poco tiempo por una brutal entrada, que le supuso una sanción de seis partidos.

Su paso por la selección tampoco fue sencillo. Nunca logró afianzarse con la titularidad, sufrió bajo la sombra de Roberto Baggio y se quedó en 34 internacionalidades. La última de ellas, una derrota ante Alemania (2-1) en la que al ser sustituido le dijo al entrenador, Arrigo Sacchi, que nunca volvería a jugar con Italia. No es el único técnico italiano emblemático que se las ha visto con Mancini, ya que su relación con Capello también es tensa. El mánager del City se proclamó campeón del Scudetto con el Inter después de que la Juventus -entrenada por el ex técnico del Real Madrid- fuera desposeída del título por el caso Calciopoli. "El caso más serio conocido jamás en la historia del fútbol", según las palabras de Mancini, que daba por sentada la implicación de Capello en el asunto, algo que nunca se probó.

Acostumbrado a las declaraciones altisonantes, en una ocasión le pidieron en un programa de televisión que se definiera con una palabra y su respuesta fue: "Genio". Un talante especial que tal vez pueda ayudarle a domar la jauría del Manchester City.

El City veta las preguntas sobre Tévez

"Proteger los intereses de todas las partes y salvaguardar la investigación que el club está llevando a cabo". Esa ha sido la razón que la responsable de prensa de los citizens ha dado para vetar cualquier pregunta sobre el delantero argentino, en un aviso anterior a la comparecencia del entrenador del equipo, Roberto Mancini.

"Las preguntas relacionadas con Tévez acerca de su conducta o de las potenciales consecuencias de la misma en relación a su futuro en el club deben quedar fuera de esta rueda de prensa y no serán contestadas. Sobrepasar este límite significará que la conferencia será suspendida", advirtió la empleada del club. Por su parte, el técnico del equipo de Manchester ha intentado quitar hierro a la polémica, negando que esta sea la semana más dura de su carrera como entrenador: "No, absolutamente no. ¿Por qué tendría que haber sido una semana difícil? No tengo ningún problema. La única complicación que tuvimos hace unos días fue la derrota contra el Bayern de Múnich, solo eso".

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