Márquez podrá discutirle el Mundial a Bradl en Valencia

Con un parche en el ojo derecho, un apósito en la barbilla, el cuerpo lleno de golpes y el gesto serio, sentado en una silla de plástico y rodeado de todo su equipo de mecánicos, Marc Márquez siguió desde su garaje la carrera de Moto2. "Esto no se ha acabado", había dicho por la mañana, cuando anunció que, muy a su pesar, debería perderse la prueba, en la que se jugaba el título con Stefan Bradl, por las consecuencias de la caída del viernes. "Todavía tiene que cruzar con la bandera de cuadros". Y, efectivamente, como el joven piloto había advertido, nada se ha terminado todavía.

Una caída tremenda de Axel Pons, que se había quedado tendido en medio de la pista, obligó a los comisarios a mostrar la bandera roja. Quedaban dos vueltas para el final de la carrera y el suizo Thomas Luthi rodaba primero: un giro antes, después de haber perseguido y estudiado hasta la saciedad a Bradl, que había liderado cada vuelta hasta entonces, se atrevió con un adelantamiento a final de recta, apurando la frenada, derrapando. Una decisión que se hizo esperar, pero que llegó en el momento correcto. Solo unos minutos después la suspensión de la carrera le garantizaba la victoria.

Un resultado final, con Bradl segundo, que obligará al alemán a ganar el título en Valencia, en la última carrera del año. "No me lo podía creer. Tengo sensaciones muy extrañas, esta carrera era muy importante para mí, porque podía lograr el campeonato. No he tenido demasiada suerte. Espero que podamos conseguirlo en Valencia", señaló. Allí sí se enfrentará a Márquez, recuperado de sus dolencias tras dos semanas de reposo, que ha prometido salir a ganar su última prueba, y que, al menos, no se marcha a casa con la sensación de haber regalado el título por su mala fortuna el primer día de entrenamientos libres.

En el circuito de Cheste a Bradl (con cuatro victorias y un total de diez podios) le bastará con terminar entre los 13 primeros clasificados. Para ser campeón en el año de su debut, Márquez (con siete triunfos, once podios y cinco ceros) necesitaría volver a ganar y que su rival fuera, mínimo, 14º.

Axel Pons, aunque consciente y sin lesiones de gravedad, fue llevado inmediatamente al hospital para un estudio más detallado de sus dolencias. El piloto tiene un fuerte golpe en la cabeza.