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Entrevista:EXTRAÑOS EN LA GRADA | JUAN CARLOS FRESNADILLO | FUERA DE JUEGO

"McEnroe fue tan importante para mí como 'La Guerra de las Galaxias"

Elsa Fernández-Santos

Un duelo que, si los números quieren, puede ser infinito. Eso es el tenis para el cineasta Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967): "No conozco otro deporte en el que ocurra eso; en el que, matemáticamente, sea posible no acabar nunca". "El tenis", añade el director de Intruders, "ha sido muy importante en mi vida. Incluso quise ser profesional. Con 12 años, le pedí un profesor a mi padre y me apuntaron con uno en el Club Náutico de Tenerife. Pero, poco a poco, se me pasó la ilusión. Tampoco encontré mucho apoyo en mi casa".

En cualquier caso, el estímulo siguió ahí, la atracción por un deporte extremadamente solitario: "La sensación es la de combatir siempre contra uno mismo. Hay algo de espejo en el contrario, un punto lejano que nunca ves bien. El oponente es más invisible de lo que realmente es. He visto jugadores increíbles en el peloteo que en el partido se venían abajo. Y, al revés, jugadores que no daban una en el peloteo y que en el partido se crecían. El 50% es pura fortaleza mental".

"Fue un verdadero rebelde. No ha habido un tenista tan especial"
"Nadal es un gran estratega. Y Federer, la elegancia. ¡Es que ni suda!"

Si Fresnadillo tuvo alguna vez un héroe no lo encontró en el cine, sino en una pista de tenis. "El único póster que tuve en mi cuarto fue de John McEnroe. Me duró años. Salía con una cazadora de cuero y una actitud un poco desafiante. Llevaba la raqueta como si fuera un bate de béisbol. Hace poco le vi y casi me puse a llorar de la emoción. No era un deportista. Era un bailarín, un artista".

Idolatraba también el genio y la huracanada personalidad del tenista estadounidense: "Más allá de sus broncas, de su temperamento o de lo mediático que se volvió con su historia de amor con Tatum O'Neal, fue un verdadero rebelde, un icono de la transgresión. En el tenis no ha habido nadie tan personal, tan especial. McEnroe ha sido una inspiración para todos los tenistas de esta década y para mí fue un referente vital. Mi madre dice que era un niño muy bueno y quizá verlo a él sacaba mi lado más rebelde y eso me gustaba. Además, sus rabietas nunca hicieron disminuir su talento".

El director recuerda con intensidad el duelo entre Björn Borg y McEnroe. El frío contra el calor: "Borg impuso su estilo hasta que apareció este joven irreverente y acabó con él. Yo viví aquel duelo como una parte fundamental de mi vida. Fue tan importante como La Guerra de las Galaxias. De hecho, llevo tiempo dando vueltas a la idea de hacer un documental sobre cómo aquel duelo cambió el curso de la historia del tenis".

Una historia que también se erigió sobre grandes derrotas. Como la de Roland Garros, el único torneo del Grand Slam que nunca ganó McEnroe: "Recuerdo cuando perdió contra Ivan Lendl. Era la vuelta de un fantasma del pasado. McEnroe ganó los dos primeros sets. Tuvo dos pelotas de partido y perdió las dos. Aquello fue su gran tragedia".

"El tenis es un deporte de contrastes", añade, "como ha ocurrido con Nadal y Federer. La fuerza mental y brava contra la aristocracia. Nadal es un gran estratega. Nadie puede con su cabeza. Le puede fallar el cuerpo, pero jamás la cabeza. Es la más privilegiada del mundo del tenis. Federer es la clase y el estilo. Probablemente, es el jugador más elegante de la historia del tenis. ¡Es que, directamente, no suda y, encima, mantiene el revés a una sola mano!".

A Fresnadillo le gusta seguir los torneos, acudir a la Caja Mágica de Madrid y, sobre todo, no perderse un solo partido de Wimbledon, la catedral del tenis. Recuerda los encuentros, los tronos perdidos o imágenes como la cuchillada en la espalda que sufrió Mónica Seles durante la disputa de un partido: "El número uno del tenis femenino se ha vuelto ahora demasiado cambiante y eso, lo reconozco, me aburre porque lo que siempre me ha gustado del tenis son los duelos, esos partidos en los que el trono de un rey está en juego o en el que dos viejos oponentes vuelven a batirse".

No le interesa ningún otro deporte, advierte rotundo: "El tenis es el único que me importa, el único que me apasiona. Por reflejo, sigo los deportes que derivan de él, pero me dan un poco igual".

Confiesa que le gusta jugar de noche por el efecto de las luces y que, si algún día tuviese una casa con jardín, preferiría una pista de tenis a una piscina: "Si tengo hijos, lo primero que haré será aficionarles al tenis". Y siempre seguirá los pasos de su héroe, haga lo que haga, ya sea cantar con su grupo o trabajar para una televisión. "McEnroe es comentarista en la ABC. Ama a Nadal y es el mejor locutor de Wimbledon".

TOMÁS ONDARRA

'Senna', la película

- La película Senna, un documental de Asif Kapadia sobre el malogrado piloto brasileño de fórmula 1 que se estrenó la pasada primavera, impresionó a Juan Carlos Fresnadillo.

La pone como ejemplo de lo que le gustaría hacer con el duelo Borg-McEnroe. "Es un documental que recomiendo ardientemente. No solo porque es una gran película, sino por cómo trasciende el lado deportivo para contarnos cómo un ángel se enfrentó al sistema. Es impresionante. Me encantaría hacer algo parecido algún día con el tenis, aunque la vida

de un piloto, sin duda, tiene un elemento dramático que no sé si es fácil encontrar en otro deporte".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’
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